El jardín en recuerdo de las victimas del atentado del 11 de septiembre en Nueva York abrió sus puertas con motivo del décimo aniversario. El proyecto mantiene las huellas de las dos torres y las convierte en dos grandes fuentes, el diseño de las mismas, con dramáticas caídas de agua hacia el interior de las mismas, trata de recuperar la sensación de pérdida de la ciudad y el dolor de los familiares de las victimas y de todos los que lloramos viendo las imágenes del atentado. 422 árboles rodean las fuentes que se convierten en claros en un bosque lleno de recuerdos.
Michael Arad, arquitecto ha colaborado con la empresa de Peter Walker & Partners para el diseño del paisajismo.