gestionado por Patrimonio Nacional y se encuentra abierto al público.
Está situado en la vertiente norte de la sierra de Guadarrama, a 13 kilómetros de Segovia, y a unos 80 kilómetros de Madrid. Su nombre proviene de una antigua granja que los monjes jerónimos del monasterio de El Parral tenían en las inmediaciones. Con una extensión de ciento cuarenta y seis hectáreas, los jardines rodean el palacio y son uno de los mejores ejemplos del diseño de jardines de la Europa del siglo XVIII. Fueron diseñados por el jardinero francés René Carlier, que usó las pendientes naturales de las colinas que circundan el palacio como ayuda para la perspectiva visual y como fuente de energía para hacer brotar el agua de cada una de las veintiuna fuentes monumentales que decoran el parque. Carlier falleció en 1722, y su trabajo fue continuado por su compatriota Esteban Boutelou I (en francés Étienne Boutelou). Al contrario que en Versalles, donde tenían muchos problemas para conseguir la presión del agua para las fuentes, en el Palacio de la Granja se utilizó la propia pendiente natural del terreno para conseguir una presión no vista hasta entonces en la época lo que permite que algunas fuentes superen los 40 metros de altura.
Estos jardines invitan a perderse y a detener el tiempo, un lugar maravilloso que os invito a visitar. **Fotografías propias, fuentes web: Wikipedia, patrimonionacional.es