"Un rostro silencioso con frecuencia expresa más que las palabras"
Ovidio
"Hemos de generar el silencio necesario para saber escucharnos"
Jaume Plensa
En la plaza Colón de Madrid hay una enorme escultura de Jaume Plensa. Se trata de Júlia que, según el propio artista, ya forma parte del ideario madrileño, coexistiendo en perfecta armonía con el espacio donde está ubicada y con un público que la ha aceptado con agrado.
De todos modos, la propietaria de la pieza es la Fundación Masaveu que, debido al éxito que ha obtenido, la ha cedido por más tiempo a la ciudad. Asimismo, también en señal de gratitud la escultura El árbol de la vida, de inferior tamaño a la anterior, se ha colocado recientemente en la Plaza de Los Sagrados Corazones en homenaje a los sanitarios.
En Barcelona también se ha instalado Blau (Azul) en el vestíbulo del Hospital Clínico, en reconocimiento a la labor de los sanitarios y a su lucha contra el coronavirus. Se trata de una joven durmiendo cuyo rostro parece surgir de la roca de basalto, o lo que es lo mismo, se fusionan "el descanso y el sueño, y la vida emerge de la materia inerte". Anteriormente ya había donado Ànima al Hospital Sant Joan de Déu de la misma ciudad.
Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es uno de los escultores con más obra en el espacio público, aunque muchas de las piezas no están instaladas permanentemente, como es el caso de Júlia o de Carmela, que se halla delante del Palau de la Música de Barcelona, cedida por el artista, sino que se van desplazando por diferentes ciudades del mundo. Es como si tuvieran vida propia y necesitaran viajar continuamente hasta encontrar su emplazamiento definitivo. Por un lado, es positiva esta iniciativa ya que permite a la gente poder disfrutarla durante un plazo de tiempo determinado, pero por otra parte sí uno prepara un viaje pensando en ir a visitarla, posiblemente se sentirá defraudado cuando compruebe que ya no está en el lugar previsto. Una de sus obras monumentales más importantes en el espacio público y que le supuso una gran fama en Estados Unidos fue The Crown Fountain ubicada en el Millenium Park de Chicago.
"La llarga nit" en la Galería Senda
Plensa exhibe actualmente en la Galería Senda de Barcelona sus últimas creaciones con el título La llarga nit (La larga noche). La anterior exposición en la galería fue hace tres años que, paradójicamente, fue la primera que hizo en la ciudad desde hacía mucho tiempo. Aunque se trate de uno de los escultores catalanes de mayor renombre internacional, es ahora cuando ha merecido una mayor atención y reconocimiento por parte de su ciudad de origen, sobre todo por la muestra que se celebró en el MACBA hace dos años, -fue la más visitada en la historia del museo y de la que esta revista se hizo eco- lo que permitió al público barcelonés acercarse a su obra más personal.
El artista plantea en esta exposición la intimidad y el misterio que sugiere la noche, ya que "infunde quietud e inspiración en el ánima del poeta". Por ello La llarga nit es un canto al silencio, creándose un diálogo entre algunas de sus obras, como es el caso de Minna's words y Laura Asia, ambas realizadas en bronce de dos y tres metros de altura respectivamente.
Se trata de dos rostros jóvenes con los ojos cerrados como si estuvieran pensando o reflexionando, tal como ocurre en la mayoría de sus personajes. Permanecen inmóviles en "un espacio liminal entre la tierra y el cielo, en el punto de contacto entre lo profano y lo divino, estas piezas destacan por su carga simbólica y espiritual". Mientras Minna's words con el dedo nos está haciendo el gesto de callar, Laura Asia permanece quieta, expectante, sin decir nada, como si estuviera esperando una respuesta. Su rostro es suave, a modo de "homenaje a la pureza de la juventud". Ambas piezas están situadas en el centro de la sala una delante de la otra.
A la entrada de la galería recibiendo al visitante está Increíble Ana, cuya cabeza parece flotar en el espacio. Lleva una malla de acero casi transparente en la cabeza, evocando la endeblez y la resistencia del ser humano. En relación a esta obra se exhiben una serie de dibujos en carboncillo negro sobre papel que el artista "ha concebido como armaduras metálicas que, en lugar de blindar el cuerpo para protegerlo, muestra su fragilidad". Son obras casi etéreas y transparentes como espectros que "abrazan el aire".
En conjunto la exposición reflexiona sobre lo más íntimo del ser humano. Los efectos derivados de la pandemia del Covid19 ha hecho mella en Jaume Plensa, como también ha sucedido en otros creadores, siempre hipersensibles a lo que acontece a su alrededor, aunque según él "la pandemia no me ha cambiado y por ello mi obra tiene un contenido humanista (...), la humanidad tiene la capacidad de olvidar".
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