Y vimos que ha regresado a los orígenes de inspiración oriental con unos diseños donde no han faltado los volúmenes iluminados con tonos grises, azules, verdes y dorados.
Con abrigos kimono de mangas trapecio, las lentejuelas y el negro inundan la noche de Jesús del Pozo cuya sobriedad siempre está presente en todos y cada uno de los looks propuestos, acordes con el resto del estilismo. Interminables vestidos túnica, aparentemente minimales.
Su paleta de color está dominada por azules petróleo, añiles, destellos bronce, verdes esmeralda y negros, donde las superposiciones y el juego de texturas toman protagonismo.
La actitud recatada que envuelve la propuesta también admite una serie de power looks y power dresses en gris piedra muy apropiados para interminables jornadas de asfalto. Los vestidos de noche trascienden acompañados de wraps tecnológicos de estilo industrial y faldas largas de corte sirena. Vía
Un retorno al origen del diseñador, no les parece?