Todavía recuerdo la perplejidad surgida al conocer el fiasco de NASDAQ y la estafa intergaláctica que el bueno de Bernie Madoff venía montándose desde muchos años atrás. En realidad, aquello no tuvo nada de nuevo y menos aún de creativo o ingenioso. Se trataba de una versión más del viejo esquema Ponzi o timo de pirámide cerrada, es decir una estructura de inversión fraudulenta controlada por un individuo que recibe aportaciones de los incautos a cambio de una sólida promesa de retorno multiplicado que se cumple gracias a la llegada de nuevas inversiones de incautos aún más estúpidos. Desde un lado a otro del Planeta, ignorantes y enterados se preguntaban cómo podía ser posible que, a estas alturas, alguien pudiera engañar con semejante alevosía y profundidad, nada más y nada menos que 68.000 millones de dólares. Tiempo después, Bernie cumple los primeros de los 150 años de prisión a que fue condenado por algo tan simple como aprovecharse de la codicia de algunos humanos. Asunto arreglado. Pero el sistema de pirámide cerrada no es la única versión de un timo tan antiguo como las amapolas de Babilonia. También existe la “célula de la abundancia” o sistema de pirámide abierta en el que los participantes conocen perfectamente el mecanismo de funcionamiento de la estafa y, en consecuencia, no tienen porque sentirse engañados. El truco consiste en mantenerse en zonas altas de la pirámide para poder recibir las aportaciones de los nuevos creyentes, auténticos palurdos que correrán con todos los gastos. ¿Les suena todo esto? Permítanme que les ayude con algunas pistas… Constructores aparecidos de la nada, gentuza apuntada a la sección local de este o aquel partido, listillos tirando de agenda, banqueros pescando como en tiempos de Francisquito, funcionarios arreglándose la jubilación, presidentes autonómicos jugando al populismo, presidentes de gobierno mirando las nubes pasar, reventados acabando con las existencias de Gucci, macarras reconvertidos a dioses de los medios, maripilis tirando de Cayenne, gilipollas recordando la España del Pelotazo, “lideres” sindicales merendando en la Cuesta de las Perdices, Consejeros Delegados pontificando en las Escuelas del Negocio y para rematarlo, el símbolo de la Transición tirando al elefante allende las fronteras. Mientras hubiera palurdos que continuarán comprando el apartamentito en el Sur, la casita en Valdevayaustedasabercomocoñosellamaesto, pidiendo el prestamito para celebrar la comunión de la niña en los Salones del Cura o tirarse a la bartola en las playitas del Caribe, ¡qué coño! ¡Que siga la fiesta! Pero la fiesta se acabó y los palurdos también aunque ahora ya no se llaman así, sino parados, desahuciados, indigentes, suicidados o a punto y cosas así. Aunque ellos prefieren llamarles morosos, inconscientes, gentes que vivieron por encima de sus posibilidades y cosas así. Ya ven como vienen dadas y por si no se han enterado, aquí tienen la última perla: corporación bancaria que declara trecientos millones de beneficio y a reglón seguido anuncia que o se le dan 20.000 millones de vellón o aquí se arma la de Dios es Cristo. No es otro caso Madoff porque no se trata de un esquema Ponzi, pero no lo duden, esto ha sido una juerga piramidal que deja a las de Gizeh como un juego de niños. El bueno de Bernie está en la cárcel, pero no se equivoquen, aquí no va a ir al trullo ni el apuntador. Entre otras cosas, porque el Jefe del Negociado correspondiente se monta fines de semana de cuatro días a costa del presupuesto público, es decir gracias al dinero que los palurdos pagaron en su día. No se ustedes, pero a mi se me ha quedado la misma cara que a Johann Sebastián Bankia cuando le anunciaron que no le subvencionaban La Pasión según San Mateo. De ahí que se pusiera con la Tocata y fuga en re menor. Que ustedes lo disfruten.
Todavía recuerdo la perplejidad surgida al conocer el fiasco de NASDAQ y la estafa intergaláctica que el bueno de Bernie Madoff venía montándose desde muchos años atrás. En realidad, aquello no tuvo nada de nuevo y menos aún de creativo o ingenioso. Se trataba de una versión más del viejo esquema Ponzi o timo de pirámide cerrada, es decir una estructura de inversión fraudulenta controlada por un individuo que recibe aportaciones de los incautos a cambio de una sólida promesa de retorno multiplicado que se cumple gracias a la llegada de nuevas inversiones de incautos aún más estúpidos. Desde un lado a otro del Planeta, ignorantes y enterados se preguntaban cómo podía ser posible que, a estas alturas, alguien pudiera engañar con semejante alevosía y profundidad, nada más y nada menos que 68.000 millones de dólares. Tiempo después, Bernie cumple los primeros de los 150 años de prisión a que fue condenado por algo tan simple como aprovecharse de la codicia de algunos humanos. Asunto arreglado. Pero el sistema de pirámide cerrada no es la única versión de un timo tan antiguo como las amapolas de Babilonia. También existe la “célula de la abundancia” o sistema de pirámide abierta en el que los participantes conocen perfectamente el mecanismo de funcionamiento de la estafa y, en consecuencia, no tienen porque sentirse engañados. El truco consiste en mantenerse en zonas altas de la pirámide para poder recibir las aportaciones de los nuevos creyentes, auténticos palurdos que correrán con todos los gastos. ¿Les suena todo esto? Permítanme que les ayude con algunas pistas… Constructores aparecidos de la nada, gentuza apuntada a la sección local de este o aquel partido, listillos tirando de agenda, banqueros pescando como en tiempos de Francisquito, funcionarios arreglándose la jubilación, presidentes autonómicos jugando al populismo, presidentes de gobierno mirando las nubes pasar, reventados acabando con las existencias de Gucci, macarras reconvertidos a dioses de los medios, maripilis tirando de Cayenne, gilipollas recordando la España del Pelotazo, “lideres” sindicales merendando en la Cuesta de las Perdices, Consejeros Delegados pontificando en las Escuelas del Negocio y para rematarlo, el símbolo de la Transición tirando al elefante allende las fronteras. Mientras hubiera palurdos que continuarán comprando el apartamentito en el Sur, la casita en Valdevayaustedasabercomocoñosellamaesto, pidiendo el prestamito para celebrar la comunión de la niña en los Salones del Cura o tirarse a la bartola en las playitas del Caribe, ¡qué coño! ¡Que siga la fiesta! Pero la fiesta se acabó y los palurdos también aunque ahora ya no se llaman así, sino parados, desahuciados, indigentes, suicidados o a punto y cosas así. Aunque ellos prefieren llamarles morosos, inconscientes, gentes que vivieron por encima de sus posibilidades y cosas así. Ya ven como vienen dadas y por si no se han enterado, aquí tienen la última perla: corporación bancaria que declara trecientos millones de beneficio y a reglón seguido anuncia que o se le dan 20.000 millones de vellón o aquí se arma la de Dios es Cristo. No es otro caso Madoff porque no se trata de un esquema Ponzi, pero no lo duden, esto ha sido una juerga piramidal que deja a las de Gizeh como un juego de niños. El bueno de Bernie está en la cárcel, pero no se equivoquen, aquí no va a ir al trullo ni el apuntador. Entre otras cosas, porque el Jefe del Negociado correspondiente se monta fines de semana de cuatro días a costa del presupuesto público, es decir gracias al dinero que los palurdos pagaron en su día. No se ustedes, pero a mi se me ha quedado la misma cara que a Johann Sebastián Bankia cuando le anunciaron que no le subvencionaban La Pasión según San Mateo. De ahí que se pusiera con la Tocata y fuga en re menor. Que ustedes lo disfruten.