Las situaciones del día a día ofrecen infinitud de formas, colores y texturas atractivas. La materia siempre es sorprendente, cambiante, generosa, incluso en las situaciones más normales y con los objetos más cotidianos.
La luz veraniega, matinal y mediterránea que entra a raudales por el salón de la casa de mis padres, y la luz envolvente, intensa e invernal que domina la cocina de mi casa son un improvisado y fructífero estudio fotográfico. Fuera de casa, siempre que la situación me lo permite, llevo la cámara encima. Es un placer detenerse ante el tiempo concentrado en un árbol o el vaivén caótico y organizado de las olas del mar...
Generalmente trato de captar cosas agradables. Ante las cosas feas e injustas que abundan en el mundo me siento más útil dejando la cámara a un lado y tratando de cambiar la escena...
Café de La Palma
C/ La Palma 62 - Madrid