Jorge Rodríguez-Gerada en la Galería Ignacio de Lassaletta

Por Bill Jimenez @billjimenez

Aquellos que no le quitamos ojo a la escena artística barcelonesa sabemos del amor que Jorge Rodríguez-Gerada profesa por la ciudad, aparte del feedback que ésta le retorna en sus exposiciones. Público y medios coinciden en que uno de los méritos de su producción es mostrarse efectiva tanto en el entorno urbano donde tiene sus orígenes a las salas que la contienen. Atrás queda el Culture Jamming neoyorkino que inició junto a otros artistas a comienzos de los 90, un movimiento que abrió nuevas posibilidades dentro del arte urbano y al que seguirían sus monumentales intervenciones, alegatos contra el icono que caracterizó a la cultura pop de los ochenta. En sus obras, Rodríguez-Gerada apuesta por el ciudadano anónimo, la conciencia social y la huella que el arte deja en la memoria colectiva, convirtiéndose en uno de los precursores de una técnica que actualmente es el pan de cada día entre los artistas urbanos.

Y hoy regresa al circuito expositivo de la ciudad condal en una nueva muestra que podrá verse hasta el 17 de enero en la Galería Ignacio de Lassaletta, un trabajo que, pese a tener fuertes conexiones con sus anteriores murales, presenta notables diferencias.

Dos series componen las obras de la muestra. Por un lado las nuevas piezas de la serie “Analogías Urbanas”, donde el carboncillo se posa sobre superficies de 250 años. Por otra parte, la serie de esculturas “Memorialíticas”, más longevas aún si cabe, nacidas de elementos arquitectónicos históricos, descartados y con medio siglo de antigüedad.

Así, el tiempo y la memoria se convierten en pilares fundamentales de una exposición cuya fuerza no sólo reside en el talento del artista sino en la memoria de unos materiales nacidos para trascender.