[Jornadas MUAU] Graffiti: We are unstoppable

Por Calamar
Fotografía Henry ChalfantAyer en A Coruña se celebró la charla Graffiti: historia, evolución e futuro, organizda por el MUAU. Hablaron tres ponentes. El primero fue el americano Henry Chalfant, uno de los fotógrafos más prestigiosos de la cultura urbana con uno de los archivos de graffiti más nutridos del mundo y fotografía expuesta en el Metropolitan de NY, entre otros. Es el director de la investigación de fondo y fotodocumentación de StyleWars, el mítico documental que hizo crecer exponencialmente las ventas de sprays de aerosol para pintar automóviles en 1983 en EEUU, y un par de años después en España. Chalfant fue dejando de lado su actividad como escultor cuando le llamó la atención el desarrollo de un arte nuevo a finales de los 70, los arcaicos graffitis de las pandillas de Nueva York para marcar sus territorios. Atraído por el punto de rebeldía y enfrentamiento al sistema de aquellos pioneros, se encontró con un mundo cerrado, la vieja escuela. Se le ocurrió entonces utilizar sus fotografías de graffitis en vagones del metro como pasaporte para acercarse a las pandillas, logrando una comunicación invisible a través de mensajes que le dejaban escritos en los trenes anunciando el lugar de las próximas intervenciones. Chalfant indicó como hito fundacional el primer vagón entero pintado, whole car, en 1975, el mismo año en que se casaron mis padres, y eso lo dejo ahí. Para poder fotografiarlo en movimiento con las máquinas de entonces, ideó un sistema por el cual la cámara permanece en un punto con avance automático de la película mientras el tren avanza, resultando una sóla imágen delantera recta de varios marcos que posteriormente une. A partir de entonces se tomó esta técnica como estándar internacional para fotografiar trenes. Para Chalfant el graffiti nació porque los chicos estaban organizados y libres, hay vandalismo, sí, pero también creación. Nace en las cenizas de la ciudad, como una historia heróica. Habló de una generación que en parte fue posteriormente destruída por el crack y definió la situación actual del graffiti como una cuestión de derechos civiles y censura. Toda la ponencia la acompañó de imágenes brutales del Bronx de los 80.El segundo de los ponentes fue un representate de la casa Montana Colors. Una marca mítica de sprays de aerosol exclusiva para graffiti. Contó que el fundador de la marca, Jordi Rubio, era representante comercial de la marca de pintura industrial Felton en 1993. Realizando un análisis de mercado rutinario observó que una de las tiendas de jardinería a la que suministraban daba resultados extraordinarios de ventas respecto al resto. A partir de ahí descubre que el dependiente de la tienda es un graffitero que comparte su pasión con otros amigos que van a la tienda a abastecerse. Jordi propone a Felton la idea de suministrar a los chicos especializando el producto para aumentar las ventas, pero la empresa desecha la idea por cuestión de imagen, elgraffiti era simple vandalismo. Decide entonces abandonar la empresa y montar el negocio por su cuenta al año siguiente, Montana Colors, en 1994. Produce un spray específico para escritores de graffiti, variando tamaños, presiones y colores, con un coste ajustado. Se corrió la voz y comenzaron a llegar furgonetas de media europa para recargar producto, y hasta hoy, todo un éxito comercial. No hubo imágenes.El tercero en hablar fue ELTONO, ejecutor independiente del espacio público franco-español. Contó como ha ido dejando atrás el spray, que cogió por primera vez en los suburbios de Paris en 1989, por la brocha. Su obra busca integrarse en la arquitectura y tiende a la forma geométrica pura [galería]. Dio a entender que eso le ha granjeado enemigos por doquier. Le costó huir del discurso contradictorio entre lo que es, un top del street art reconocido, y lo que el público mayoritario pata negra en aquella sala quería escuchar, un discurso antisistema con capucha. Tampoco hubo imágenes.