Entre las muchas noticias que han jalonado este pasado mes de mayo, una me llevó cerca de la idea de que el apocalípsis está muy cerca ; hasta no hace muchos años, pensábamos que el cambio climático, acelerado por las potencias industrializadoras lejanas a nuestra vieja Europa , afectaría a nuestros biznietos como mucho , y que nosotros, pomposos occidentales del Siglo XXI , no llegaríamos a sufrir en nuestras carnes los cambios a los que sometemos a nuestro pequeño planeta ; pensar que en menos de 5 siglos, la Antartida habrá desaparecido, y el nivel de los mares, habrá aumentado varios metros, haciendo que muchas ciudades extraordinarias, desaparezcan para siempre bajo los dominios de Poseidon ; cinco siglos puede parecer una eternidad en la medida humana , pero a mi me parecen un suspiro ; interesante herencia que dejaremos a las criaturas de carbono que nos sigan en el viaje por el universo ; puede que el ser humano sea, como en la obra de Salvador Dalí que incluyo abajo , un viajero que no tiene destino, que no sabe donde va, y que apenas dejará rastro de su existencia ,mas allá de la destrucción de todo su entorno.
Carretó fantasma de Salvador Dalí 1933
Una de las zonas que podría verse favorecida por ese cambio climático, es precisamente la zona del Arlanza, a unos 50km al norte de la Ribera del Duero, y con una altura superior a los 800m, un lugar donde las temperaturas no serán tan extremas como en latitudes mas al sur , donde los veranos serán cada vez más y más secos ; de esta zona de Arlanza , proviene el vino que hoy os traigo.
El José del Amo Crianza 2010 es un tempranillo elaborado por Bodegas Sierra, desde Villalmanzo, Burgos, y sale como Vino de la Tierra de Castilla y León, aunque la bodega es una de las mas importantes de la D.O. Arlanza ; procede de un viñedo llamado Los Cascajos, de más de 80 años a casi 900 m de altitud , con suelos pedregosos y muy pobres, donde la viña se muestra mas poderosa ; realiza la fermentación maloláctica en barricas de 500 l, y posteriormente una crianza de 10 meses , mayoritariamente en barrica francesa (70%) y americana (30%) ; en fase visual el vino presenta un color rojo cereza de capa media alta, ribete afresado, lagrima densa lenta, para un vino con 14,5º grados; en nariz fruta roja madura, intensidad media, notas de chocolate y tostados, puede que aún se marque mucho el alcohol al principio, pero gana mucho con la aireación; en boca se muestra maduro, fruta roja, chispeante, no pierde ese punto de rusticidad propio de los Arlanza , la entrada algo glicérica, vino cachas, buen cuerpo, con los taninos ya muy bien afinados, y un amable regusto dulzón final; como dato diré que lo abrí un sábado, y lo terminé un martes, sin perder un ápice de potencia, sino todo lo contrario ; recomiendo abrirlo con tiempo, ya que se muestra mucho mejor a partir del día abierto ; me ha sorprendido, vino para amantes de los vinos potentes , que somos muchos por cierto; un gran homenaje de Toni Martín a su abuelo, de donde viene el nombre de este vino singular. Lo seguiremos.
R.
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