Juan María De Araluce Villar Santurce (Vizcaya), 24 de junio de1917; † San Sebastián (Guipúzcoa), vilmente asesinado por la banda criminal Eta el 4 de octubre de 1976. Estudió Derecho en la Universidad de Deusto, doctorándose en la Universidad de Madrid. Notario en 1944 ganando la plaza dee Tolosa en 1947, ejerciendo después en Rentería.
Presidente de la Diputación de Guipúzcoa en 1969 .
El 4 de octubre de 1976, pocas horas después de cometerse el atentado. ETA-V Asamblea, rama militar, reivindicaba la paternidad del mismo a través de llamadas telefónicas anónimas a varios medios de comunicación donostiarras. La banda terrorista acribilla a balazos en el portal de su casa al entonces presidente de la Diputación, cuando llegaba al mediodía a comer. En el atentado fallecen también su chófer, José María Elícegui Díaz y tres policías de escolta: Agente Alfredo García González, Inspector Luis Francisco Sanz Flores y Subinspector Antonio Palomo Pérez. Su hijo mayor, Juan María, de 24 años, licenciado en Filosofía y Letras, confirmó que prácticamente la familia presenció el atentado."...tres individuos jóvenes que se encontraban bajo la marquesina instalada al lado del portal del presidente, aparentemente esperando el autobús -y que posteriormente, varios testigos han reconocido que estuvieron merodeando en la zona y sentados en un banco cercano- dispararon al mismo tiempo sus metralletas sobre ambos coches. Por los casquillos encontrados posteriormente -noventa exactamente- se calcula que hicieron un centenar de disparos.."Preguntado por la reacción de la familia ente el hecho, el señor de Araluce, hijo, ha dicho finalmente: «Nos han educado desde pequeños en la religión cristiana y a perdonar a los enemigos. Perdonamos de todo corazón»....Desde el primer momento, fue ella (mi madre)la que marcó la pauta de nuestra actitud ante este hecho brutal. El mismo día les contaba a los más pequeños lo que había sucedido: «Papá está en el Cielo y nosotros somos cristianos y tenemos que perdonar. Perdonamos de todo corazón».Creo que sobran más palabras, justamente las que faltaron en la toma de posesión del nuevo Presidente sucesor y correligionario de los asesinos: ni condena ni recuerdo de las cuatro víctimas mortales.F.J.