Juego de niños. Look pastel

"Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido"

(U. LeGuin)
Cuando era pequeña, odiaba las lentejas,el pelo largo, los vestidos con nido de abeja, la bata del cole y los colores pastel. Y es ahora, cuando me debato entre mantener en secreto mi edad o quedarme para siempre en los 27, cuando decido salir de casa vestida de azul niño y rosa niña.





Empezaron a gustarme la lentejas cuando empecé a vivir sola, cuando me faltó el plato calentito sobre la mesa y tenía que conformarme con el arroztresdeliciascongelado. Empecé a aficionarme a los colores pastel cunado ví que tenían truco. Si les añadía unas botas con tachuelas y un bolso homenaje al oro-plata, ya no parecía una combinación de niña buena.






Tras soportar una una infancia de melenita con flequillo y rebelarme a eso de los 10 años con el corte de Julia Otero en el "3X4", tuve que plantarme en la treintena para descubrir que una melena larga puede no ser aburrida. Un moño Isasaweiss y un tupé tan propio de la América de los 50 como de la Malasaña del siglo XXI, son capaces de reconvertir la formalita melena rubia.




En cuanto a los vestidos de nido de abeja, fui violentamente obligada a adoptarlos por los diseñadores que vuelven a ellos temporada tras temporada. Aún quedaba una fobia infantil sin remediar. La batita del cole. Ese uniforme del infierno infantil que te ponían el primer día de colegio y no abandonabas hasta la Primera Comunión. Ironías de la vida, ahora también soy fan del baby escolar.






Porque, a veces, uno se muere de ganas de volver a la infancia. A los tiempos en los que solo tenías que decidir si llevabas flequillo o corte Juliaoterotresporcuatro. El peor drama posible era que tocaran lentejas otra vez. Y la mayor discusión de la semana era por culpa del vestido de nido de abeja. 
En días como esos, no hay mejor solución que ponerse el baby del cole y combinarlo con botas moteras. Es tu venganza. La que le debías a la niña de ayer.