Juegos tecnologicos sociales mejoran a los adolescentes autistas

Por Jesus Gutierrez @saludymedicina

Las personas con autismo a menudo tienen dificultades para interpretar las señales faciales, en parte porque no pueden reconocer cómo se usa la dirección de la mirada para predecir las acciones e intenciones de los demás. Esto puede tener enormes implicaciones para la comprensión del comportamiento, el aprendizaje de idiomas y la interacción social.

Un estudio de Penn State está desarrollando un método de intervención dirigida utilizando tecnología de juegos diseñada para mejorar la sensibilidad a las señales de la mirada, que podría tratar los síntomas centrales del autismo y ayudar a mejorar las habilidades sociales.

En el juego, los participantes progresan a través de una historia narrativa e interactúan con personajes animados utilizando una variedad de señales sociales no verbales, incluida la mirada, para guiar el comportamiento dirigido a objetivos y resolver problemas en el juego. La estrategia es un enfoque novedoso en este tipo de intervención, porque el aprendizaje de habilidades está separado de la trama del juego. Los participantes pueden tomar sus propias decisiones en la narrativa del juego, mientras que la tecnología del juego se calibra automáticamente con su desempeño para mantenerlos comprometidos y aprendiendo. Esto significa que los participantes pasan horas dedicados a la tarea de mirar a los ojos, lo que sería muy difícil de lograr.

Durante el estudio, 40 adolescentes autistas fueron asignados al azar al grupo de control de tratamiento o de atención estándar. Se pidió a los adolescentes del grupo de tratamiento que jugaran SAGA durante sesiones de 30 minutos en casa tres veces a la semana durante 10 semanas. Después del período de 10 semanas, los adolescentes del grupo de tratamiento desarrollaron una sensibilidad cada vez mayor a las señales de la mirada humana, mientras que el grupo de atención estándar no lo hizo. 

El hallazgo más relevante del estudio fue que los adolescentes en el grupo de tratamiento demostraron mejoras en las habilidades sociales según lo documentado por sus padres. Además, los investigadores informaron que pudieron retener a todos los participantes durante todo el estudio. 

Durante la segunda fase del proyecto, los investigadores desarrollarán mejoras para el juego para determinar si las habilidades aprendidas se traducen en conversaciones de la vida real.

El trabajo aparece en JCPP Advances (el Journal of Child Psychology and Psychiatry Advances ), publicado por la Association for Child and Adolescent Mental Health.