Junio de 2011

Por Jgomezp24
Durante este mes de junio, van a suceder tres coses en mi cuaderno. La primera es que cumplirá cinco años. De hecho los cumple hoy. La segunda, es que voy a celebrarlo de forma privada a lo grande (algo saldrá por aquí) y de forma pública, proponiéndoos más pronto que tarde un lavado de cara de su parte más formal (compaginación, formato, tipos de letra...). La tercera afecta un poco a los contenidos. Los Dioses me confundan y libren de la pretensión de compararme con Saramago, pero no dejo de leer y releer su afirmación en los periódicos (estos días, anda su editorial de campaña publicitaria post mortem) y me veo en ella: no voy a poder cambiar de contenidos porque, en el fondo, lo que hago es escribir sobre mí mismo, sobre mis experiencias en el mundo de la comida y del vino (a veces, amenizadas con otras historias, sí, pero que siempre forman parte más o menos real de mi vida).

De hecho, pues, ¡no voy a querer cambiar de contenidos! Me siento cómodo haciendo lo que hago en los momentos en que puedo hacerlo y, poco o mucho, los lectores que pasan por aquí también parecen sentirse cómodos. Lo que va a cambiar de forma más radical es que a partir de hoy mismo, dejo de escribir sobre botellas/muestras (qué palabra más fea para hablar de una botella que está en el mercado) que me manden las empresas de comunicación que trabajan para las bodegas o las bodegas mismo. Con la mejor voluntad en las dos partes (los demás y yo mismo), con ganas de ayudar, uno acepta con normalidad que la gente le mande botellas. Uno advierte: escribo sólo sobre lo que me apetece, por una parte. Y digo lo que pienso del vino, por la otra. Si un vino está realmente mal o tiene algún defecto, advierto, lo digo en privado. Si no, puede suceder que lo diga en público. La gente lo acepta (o no) y me manda botellas (o no). En los dos últimos meses, vayan Ustedes a saber por qué, ha crecido mucho el envío. Y ya no me deja disfrutar con tranquilidad del hecho de escribir sin más de lo que me apetezca. La gente te llama, la gente te pide, la gente te reclama: "lo has probado", "qué te parece", "¿vas a publicar sobre el vino?", "avísame cuando lo hagas", etc.
Respeto profundamente esa manera de actuar porqué está relacionada con una estrategia más de ventas de las empresas. Pero yo no entro en ella. Mi estrategia de ayuda al consumo de vino que, en la modestia de este cuaderno, también existe (es una de sus razones de ser, vaya), consiste en hablar sólo de los vinos que compro yo o de los vinos que me regalan mis amigos. Puesto que sé bién quiénes son mis amigos y quién soy yo y qué compro, queda claro, después del post de hoy, que cualquier botella de la que hable tendrá una de esas dos condiciones. Creo que es la única manera de retomar el control del ritmo que me apetece para las cosas de este cuaderno. Con probabilidad, éste o aquél vino que querrían mandarme, saldrá aquí porque soy curioso y siempre quiero probar lo que no conozco. Pero será cuando yo lo compre y cuando yo decida hacerlo. Quieras o no, aceptar botellas te somete a ciertas "obligaciones". Y en esto, me someto muy gozoso, pero sólo a las que yo me imponga (de hecho, siempre han sido las mismas): hablar con sinceridad de lo que siento, bebo y como, hacerlo siempre con corrección y respeto y, en la medida de mi capacidad, con buena prosa.

Estos son, pues, los últimos vinos que me han llegado de los que voy a escribir. Castellroig Xarel.lo 2010. Vi de terrer de la DO Penedès, 12,5% con seis meses sobre lías. Frescor de la lima, punto de carbónico, con estructura y aromas de tilo en flor. Es un vino sorprendentemente fresco, sí, pero que ha ensamblado muy bien el trabajo con las lías (* * ↑). Castellroig Xarel.lo 2009, con 12,5%, tambien con seis meses sobre lías pero un año de reposo más en la botella. Pierde frescor y tipicidad de la uva (el tilo desaparece) pero la acidez y la estructura aumentan (* *). Castellroig Xarel.lo 2007 (no viene etiquetada para comercio: esto sí parece una muestra): la intensidad del color sube mucho, paja de trigo madura, pero la fuerza y la vivacidad se han quedado por completo en el camino. El vino se ha deshecho y demuestra que éste no es un xarel.lo que se tenga que dejar envejecer (* ↓). Pagos de Araíz, DO Navarra 2007, con 14%, tempranillo, graciano y merlot y 14 meses de barrica francesa y americana. Vino amable, agradable, sin sobretonos aunque, al mismo tiempo, algo anodino. Cerezas maduras, terciario de la madera americana. Poca tipicidad de los varietales: manda el ensamblaje. No emociona ni llama la atención (* ↓ ). Con algo más de temperatura sale la gracia de la tempranillo, pero la frescura de la graciano brilla por su ausencia. Pagos de Araíz, DO Navarra, Blaneo merlot 2007, con 14,5% y 18 meses de roble Alier. Es una merlot atípica, que "cabernetea" algo (pirazinas) y a la que pesa el roble en boca. Poco noble y muy poco varietal (*). Pagos de Araíz, DO Navarra, crianza 2007, con 35% de tempranillo, 25% de CS y 40% de merlot, 9 meses de madera. Es un vino que no muestra personalidad alguna, flojo en boca, con mucho alcohol y en el que domina una CS poco franca (* ↓). Dominio de Tares cepas viejas 2007, DO Bierzo, de San Román de Bembibre, con 14% y 9 meses de barrica Alier y Missouri. Es bastante aparatoso pero poco consistente. Es un buen vino desde el punto de vista técnico, con los aromas habituales (mora madura, chocolate amargo de terciario), pero llega poco, es inconsistente tanto en nariz como en boca. No expresa el terruño que la cepa lleva dentro. Por decirlo en pocas palabras: pesa más la vinificación que la bondad de la fruta (* *↓). Dominio de Tares Baltos 2008, DO Bierzo, 13,5%. No sé por qué pero pensé que éste sería un vino sensible al día que lo tomara. Elegí una buena luna y un día flor. Nada. Es un vino anodino, átono en nariz y bastante pastoso en boca. En posgusto, dominan los taninos de la madera. Tiene 13,5% pero el alcohol se nota. Al cabo de un rato, sale la grosella negra, aunque la madera sigue pesando. Al final acaba mostrando una cara más agradable, más bebible, con zarzamora (* ↑). Viña Siós 2008, DO Costers del Segre, 13,5%, con tempranillo y merlot, crianza de 9 meses en roble francés y americano. Es un vino sin estructura en boca, con una tipicidad en nariz desvirtuada y sin garra alguna (* ↓). Viña Siós Blanco 2010, DO Costers del Segre, con sauvignon blanc y chardonnay, crianza sobre lías. Huele a levadura seleccionada y no tiene los aromas de la SB ni de la Ch, aunque es fresco y ligero en boca. Plátano y pera limonera, con poca estructura a pesar de las lías (* ↑). Lusco Albariño 2009, DO Rías Baixas, 13%. Mucho acero e inox, metálico en nariz, poco franco y poca uva en nariz y en boca. No sé si remontará... (* ↑). Pinord Diorama chardonnay 2010, DO Penedès, con 13%. La uva procede de cultivo ecológico, pero eso no quiere decir nada sobre el trabajo en bodega. El viñedo es del Alt Penedès (Montanyans) y la uva ha sido vendimiada de madrugada, pero de poco le ha servido en mi opinión. Sigue siendo chardonnay en el Penedès y yo no huelo el caracter varietal de la uva, sólo levadura seleccionada, plátano maduro y poco frescor en boca (* ↓).
Hasta aquí los vinos que me han sido enviados en las últimas semanas. Queda alguno en el tintero pero ése pertenece a la categoría de "vino regalado por amigos". Ya saldrá (o no). Quede claro, para terminar, que aunque a partir de ahora sólo hable de estos vinos y de los que compre yo, no voy a cambiar en absoluto mi estilo y forma de entender y transmitir las cosas: sea amigo o no, mi sinceridad y honestidad están por encima de todo. Mi corrección y educación también. Ahí no hago distingos y cuando bebo, me atengo a lo que percibo, sin más. Después, intento transmitirlo.
Barcelona está radiante estos días. Las jacarandas (primera foto, de Buscando cronopios) y las buganvilias en flor te regalan emociones imprevistas. Cinco años son muchos para un cuaderno como éste. Los teóricos del asunto pronostican que si superas esa barrera, consigues ya cierta estabilidad. Y sigues. Veremos. Con el post de hoy, es cierto, me quedo más tranquilo. Festejo con formalidad y con austeridad (¿esto piden los tiempos, no?) el cumpleaños en el día que toca. Os aviso sobre pequeños cambios que, espero, pronto veréis. Y retomo el control de algo que se me estaba escapando de las manos: los contenidos del cuaderno los decido yo, no las "muestras" que, con toda la buena voluntad del mundo, la gente me mandaba. Gracias por seguir ahí.