-...y es así como se tiene que tomar las medicinas, ¿me ha entendido?
-Sí, doctor -me responde automáticamente mientras que yo me huelo por dentro que no se va a tomar la medicación bien. Doctor, me tiene que hacer un justificante para el trabajo de que he estado en la consulta.
-El propio papel de la cita le sirve.
-No, no me sirve. Mi jefe quiere que en el justificante diga cuál es la enfermedad que tengo.
-Hombre, si quiere yo se lo pongo, pero usted tiene el derecho al secreto médico y su jefe no tendría que enterarse de qué es lo que le pasa.
-Ah, ¿no?
-No. Imagine que usted tiene... no sé... por ejemplo, imagine usted que se hubiera contagiado una sífilis faríngea. ¿Realmente querría que su jefe lo supiera?
-¿Qué es una sífilis faríngea?
-Ehm... da igual, pero mejor que su jefe no se enterara.
-Ya. Bueno, entonces, si no quiere poner la enfermedad, escriba en el papel que he estado dos días muy malo y que por eso no he podido ir a trabajar.
-Ay, pero yo no puedo firmarle eso, porque yo no tengo forma alguna de saber si antes de ayer usted estaba malo o no...
-Entonces, ¿qué puede poner usted?
-Pues mire, yo puedo ponerle que, con fecha y hora de hoy, usted vino a la consulta.
-Vale, pues póngame eso aunque sea. Me llamo "Fulanito de Tal y Cual".
-Eso tampoco se lo puedo escribir.
-¿Por qué no?
-Porque yo no tengo la seguridad de que usted sea realmente "Fulanito de Tal y Cual".
-Le puedo enseñar mi DNI.
-¡No lo haga! Los médicos no tenemos autoridad para pedir un DNI y si se lo pido, usted podría denunciarme por hacerlo.
-Pero, por Dios, ¿qué calidad va a tener el justificante que me va a hacer usted?
Al final, quedó así:
El que me dijo que se llamaba Fulanito de Tal y Cual, acudió a mi consulta médica con fecha de hoy, solicitando que yo dejara constancia escrita de que, según su propio criterio, la dolencia que le afecta le impidió acudir a su puesto de trabajo durante los dos días previos a la consulta.
Emilienko.
Claro que el justificante no lo firmé como "Emilienko", sino que puse mi nombre real, mi firma y mi sellito en un folio con membrete. Sin embargo, por mucha oficialidad que le hubiese querido dar, el dichoso papel seguía sin decir absolutamente nada. Quizás porque los médicos estamos diseñados para hacer diagnósticos y poner tratamientos, y no para realizar tareas administrativas.