Lo que Sam necesita es un nuevo plan. Decidida a vivir una vida que no puede esperar, se lanza a vivir un verano de primeras experiencias:
Su primera fiesta.
Su primera muestra de rebeldía.
Su primera amistad verdadera.
Su último amor.
¿A quién no podrás olvidar nunca?
Al principio vemos como Sam lucha por ese futuro por el que se ha esforzado tanto durante los últimos cuatro años. Como intenta anular los efectos de la enfermedad, hacer como que no existen y seguir con su vida normalmente. Es muy duro ver como una vida que ya esta planeada, un futuro que se depara prometedor, se va al traste por una enfermedad que le hace dejar de ser ella misma..
Pese a todo. Sam pelea día a día por intentar llevar una vida lo más normal posible y es por ello que empieza a vivir experiencias que nunca iba hecho. Ir a una fiesta o buscarse un novio.En esta ultima ocasión, el afortunado es el chico por el que lleva colada desde hace años. Stuart es un joven intelectualmente compatible con Sam, pues como ella, el también esta todo el día estudiando. Juntos están muy a gusto, se complementan y nunca se aburren, pues los temas de conversación nunca se les termina.
Pero Stuart no es el único chico que estará con ella en estos momentos, pues su vecino y su compañero de juegos de la infancia Coop, también volverá a aparecer en su día a día. Con él volverá a valorar las pequeñas cosas que nos rodean, a disfrutar de un día maravilloso sin buscar más allá, vamos a vivir el presente si mirar al futuro.
Un libro muy intimo, muy personal, pues Sam nos muestra sus sentimientos, sus anhelos, sus frustraciones. Todo lo que siente, los momentos malos, más malos y buenos. Nos cuenta sobre la enfermedad y todo lo que esto implica.
Al principio pensaba que el libro se me haría más pesado, pero una vez pasas de las quince paginas, este va cogiendo forma, va cogiendo carrerilla y llega un punto que simplemente ya no puedes dejar de leer hasta que llega la ultima pagina.Un libro muy, muy recomendable.
Sara.