En Argentina se le rinde una extraña clase de culto a Emir Kusturica. Existe una misteriosa conexión que se desdibuja ni bien uno intenta esbozar razones. No es excesiva la ligazón cultural entre Serbia y Argentina, más allá de la pasión compartida por el fútbol, retratada de algún modo en el documental –esclarecedor desde lo afectivo– Maradona por Kusturica. Sin embargo, observando con atención el primer largometraje del director serbio (rodado a principios de la década del ochenta, luego de ostentar varios telefilmes en su haber) el espectador argentino comprobará que la radiografía trazada de la antigua Yugoslavia no queda tan distante del país postergado y sumido en la pobreza que fue oportunamente testimoniado y denunciado por el cine político y social local, encarnado en directores como Mario Soffici, Hugo del Carril, Lucas Demare, Fernando Birri, Pino Solanas o Leonardo Favio.
que se nos relata el traumático paso de la niñez a la adolescencia del protagonista. Dino, éste es su nombre, descubrirá los placeres carnales pero también el amor reposando en las exuberantes parábolas corporales de la mujer de profesión non sancta que se hace llamar Dolly Bell. Pero Kusturica no se queda allí, en el mero paréntesis generacional, sino que profundiza en los efectos que causa la aparición del rock n’ roll, el cine y las modas occidentales, en contraposición con la rigidez imperturbable de la vida en la Yugoslavia de Tito: el abordaje de ese fenómeno de dimensiones históricas permite que el registro ficcional adquiera un plus, un valor adicional.
Pese a que, a medida que su carrera avanzó a pasos agigantados, se lo reconoció concretamente como un deudor de Fellini, en Do You Remember Dolly Bell? creo hallar a un Kusturica con marcadas influencias de Renoir y su realismo poético; sin perder de vista que se trata de una crónica social con tintes autobiográficos, impera a lo largo del metraje una tenue síntesis entre lo natural y lo poético, siendo que los elementos líricos brotan de la propia realidad (de una Sarajevo gris y de calles desamparadas) y no de su manipulación por parte del director. Aunque los retazos urbanos vistos a través de los ojos de Dino están anclados en los años sesenta, y el largometraje data de 1981, no se perciben intenciones por parte de Kusturica de estetizar en demasía dicha realidad decadente; por el contrario, parece realizar denodados esfuerzos por captarla en su integralidad, de hacerla patente en pantalla.
El joven es un personaje encantador, de esos que conmueven, algo tímido y soñador, a pesar del aire irrespirable de desánimo que inunda su hogar. Se interesa por la hipnosis y la autosugestión, tan sólo como un modo, entre tantos otros, de superarse personalmente y de contribuir a crear un mundo menos injusto. Repite a cada rato una fórmula inyectada de optimismo, que Kusturica ha confesado replicar también en su vida privada desde el estreno de la cinta: “Todos los días y en todas las facetas, estoy mejorando como persona”. Tanto él como sus familiares y amigos conforman personajes más cercanos a lo real, despojados de esa tendencia hacia lo caricaturesco y exagerado que el cineasta serbio desarrollaría en sus filmes sucesivos.
Do You Remember Dolly Bell? (Yugoslavia, 1981).
Director: Emir Kusturica.
Intérpretes: Slavko Stimac, Slobodan Aligrudic, Ljiljana Blagojevic, Mira Banjac, Pavle Vujisic.
Calificación: 7,25.