La agonia de hacer dieta (iii)

Por Yoisasi

La dependencia a la 'fat food'. Un problema muy serio tanto físico como emocional.

Literalmente nos estamos matando cada vez que nos sentamos a la mesa. Con nuestra vida actual estresante, muchos comemos de pie y en dos minutos. El exceso de peso contribuye a enfermedades cardíacas, presión arterial sanguíena alta, diabetes y algunos cánceres. Sólo el estado de salud natural nos garantiza no tener problemas de peso. Lo que debemos hacer es esforzarnos por proporcionar a nuestro cuerpo lo que la naturaleza nos ofrece: aire puro, agua pura, alimentos naturales integrales frescos, ejercicio regular, descanso y sueño reparador, un entorno tranquilo, el mínimo estrés posible, respiraciones profrundas y aprender a meditar. Cada vez es más difiícil en la sociedad que vivimos poder conseguir todos estos requisitos naturales. El secreto para llegar a la salud es adoptar un papel responsable y cuidadoso en relación con nuestro cuerpo, por lo tanto, tenemos que conseguir los máximos requisitos posibles para que formen parte de nuestra vida diaria.
Si lo que buscamos es perder peso, pongámonos sanos de forma natural y las fuerzas naturales de nuestra salud interior se ocuparán de nuestro problema de peso.

Preferimos pasar por quirófano antes que cambiar nuestro estilo de nutrirnos.

El exceso de fármacos, las cirugías (liposucciones), los regímenes para pasar hambre, los supresores del apetito y los grandes atracones seguidos de purgas demuestran que combatimos los síntomas en lugar de eliminar las raíces.
En esta vida de alimentos artificiales y procesados, elaborados con ingredientes desnaturalizados y químicos, cada vez que recurrimos a festines artificiales nos estamos apartando de la salud natural. Los hábitos artificiales nos llevan directamente al bisturí del cirujano, nos empujan hacia los fármacos y hacia una serie de efectos secundarios que requieren más fármacos.
Por lo tanto, el exceso de peso es un residuo que cargamos diariamente, es el subproducto de todos los alimentos artificiales que comemos y que no podemos convertir en células sanas. Este residuo se acumula en nuestro colon y es en los tejidos grasos donde nuestro cuerpo almacena todos los aditivos químicos, fármacos, contaminantes y pesticidas que ingerimos.
Nuestros sistemas de eliminación (intestinos, hígado y riñones) están obstruidos. No podemos escapar a las repercusiones de las sustancias nocivas que ponemos en nuestro cuerpo. No podremos evitar el colapso en nuestro sistema de eliminación si continuamos desperdiciando nuestra energía de esta manera. Nuestro cuerpo retendrá agua (peso extra) para mantener el material tóxico en suspensión, alejado de nuestros órganos vitales y tendremos un aspecto hinchado. Almacenaremos las toxinas en nuestras células grasas y nuestro cuerpo creará células nuevas para soportar las violentas embestidas de la basura que le vamos introduciendo. También nos enviará señales de alarma en forma de dolores y malestares generales.
Con este estado de abandono interior de nuestro cuerpo, ¿cómo vamos a perder kilos si estamos empantanados y estancados con tanta toxicidad?
Debemos elegir alimentos naturales no procesados como frutas de estación, verduras, proteínas sin grasa, cereales integrales y legumbres que nos aporten energía en lugar de arrebartárnosla. Beber agua buena (cada día más difícil de encontrar), infusiones de hierbas a granel y licuados de frutas hechos en casa en lugar de tomar refrescos comerciales o bebidas con cafeína.
Si tenemos bacterias putrefactas en nuestros intestinos sus toxinas serán absorbidas por el torrente sanguíneo afectando nuestro funcionamiento mental y físico.

Pocos intestinos tienen ya su forma original.

Nuestra capacidad mental, espiritual y física está influida en gran medida por el estado de nuestros órganos digestivos y de eliminación. La mayoría de los cólones, en lugar de presentar una forma normal de U invertida, presentan posiciones retorcidas sufriendo hinchazones grotescas debido a la carga de residuos retenidos. No es nada inusual que cargamos con aproximadamente siete kilos de residuos o más en nuestro colon.
Resumiendo, vayamos a la raíz del problema y limpiemos nuestros cuerpos de toda ‘comida basura’. Volvamos a ponernos en contacto con nuestra intuición aportando alimentos frescos y naturales, ya que los antiácidos, los laxantes y los medicamentos para la hipertensión o el colesterol nos hacen creer que nos ayudan a curar nuestras molestias pero lo único que hacen es perjudicarnos cada día más.
Dejemos de lado toda esta química. Dejemos de hacer dieta. Escuchemos nuestro interior. Despertemos nuestro instinto.
Salud y Buenos Alimentos.
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com