Hasta hace poco tiempo, afecciones como la hipertensión arterial, el sobrepeso-la obesidad y los niveles de colesterol o de glucosa, eran situaciones independientes que sucedían como cualquier otra enfermedad.
En 1977, Haller empleó el término «síndrome metabólico» para referirse a una asociación entre obesidad, diabetes mellitus e hígado graso, describiendo además los factores de riesgo de la arteriosclerosis.
Fue Gerald Reaven quien sugirió en su conferencia de Banting, en 1988, que estos factores podían suceder en una misma persona, como un síndrome que llamó «X» que giraban alrededor de la resistencia a la insulina como mecanismo fisiopatológico básico. Y propuso cinco consecuencias relacionadas con un mayor riesgo de enfermedad coronaria, cardiopatía isquémica, disfunción ventricular izquierda y fallo cardiaco.
Los componentes originales del Síndrome X de Reaven eran:
• Resistencia a la captación de glucosa mediada por insulina
• Intolerancia a la glucosa
• Hiperinsulinemia
• Aumento de triglicéridos en las VLDL
• Disminución del colesterol tipo HDL
• Hipertensión arterial
A lo largo de los años se han ido añadiendo más componentes a la definición de este Síndrome, a la vez que se recibían nuevas acepciones como Síndrome X plus, Cuarteto mortífero, Síndrome plurimetabólico, Síndrome de insulinorresistencia, entre otros.
En 1998, la OMS lo denominó de forma definitiva, Síndrome metabólico (SM). Cuando una persona tiene mas de dos de ésos componentes entonces estamos ante un Síndrome Metabólico.
Hoy en día a los cinco componentes se le añade cada día con más frecuencia, los problemas derivados de la coagulación sanguínea. Como si todo fuera una especie de puzzle o una cadena de afecciones, que unas llevan a las otras, derivadas del aumento de la esperanza de vida, esto es de la cronicidad de afecciones como por ejemplo la diabetes. Cuanto mas viva un diabético más posibilidades de padecer o bien obesidad, o hipertensión arterial o colesterolinemia.
Lo peor no es ya todo lo descrito, lo peor es que antes se cifraba la aparición de éste Síndrome a partir de los 50 años. Ahora las previsiones se han reducido y ya estamos en los 35 años de vida, de media, para que comience a aparecer el Síndrome. Todo ello sobre una base hereditaria y dos componentes comunes: la alimentación y la falta de ejercicio, los dos grandes problemas médicos y de salud del siglo XXI.
Y debería ser sobre éstos elementos básicos sobre los que girara la necesaria prevención del Síndrome Metabólico. Ahora todavía, podemos detener ésta epidemia que se nos viene encima a la humanidad.
**Publicado en el Boletín nº 5 de Nutropedia