La anestesiología aplicada a la pena de muerte: la inyección letal

Por Lemalpartida

Inyeccion letal (Pena de muerte) por raulespert
La inyección letal está constituída por tres fármacos: tiopental sódico (hipnótico, duerme al condenado), bromuro de pancuronio (relajante muscular, paraliza sus músculos respiratorios) y cloruro de potasio (sube los niveles de potasio en la sangre provocando paro cardíaco).

1.- Tiopental sódico.
Pone al condenado en un sueño profundo y deprime la respiración. ¡Ojo! El tiopental es un hipnótico, no es analgésico. El reo sólo duerme profundamente y puede responder ante un gran estímulo doloroso. Su inyección en bolo tiene una duración aproximada de cinco a diez minutos, dependiendo de la dosis.

2.- Bromuro de pancuronio.
Produce parálisis muscular generalizada, inluyendo a los músculos respiratorios. El condenado es incapaz de respirar. Su inyección en bolo tiene una duración aproximada de 50 a 60 minutos, dependiendo de la dosis.


3.- Cloruro de potasio.
Aumenta la cantidad de potasio en la sangre haciendo más lenta la salida del mismo de la célula cardíaca y evitando que tenga la capacidad de contraerse. El corazón relajado (diástole) "para" incapaz de generar una nueva contracción (sístole).


Ahora, de la observación del vídeo tenemos que una mala canulación de la vena produce extravasación de las drogas letales, o sea que no van completamente a la sangre y de ahí al cerebro o al corazón, sino pasan al tejido celular subcutáneo y su absorción y posterior orden e intensidad de acción son impredecibles. Puede ocurrir lo  siguiente:

Extravasación: la aguja atraviesa la vena (falla técnica) y la droga pasa al tejido celular en vez de a la vena.

1.- El relajante muscular se absorbe primero: el reo despierto siente cómo poco a poco se le paraliza la respiración, en la más cruel desesperación.
2.- El cloruro de potasio se absorbe primero: la incapacidad del corazón para contraerse lo lleva un infarto agudo y el reo siente el terrible dolor precordial.
3.- El hipnótico se absorbe parcialmente primero: el reo se duerme y despierta rápidamente (termina su efecto el tiopental sódico) y, al mismo tiempo, el relajante muscular y el cloruro de potasio comienzan a actuar.
Si un anestesiólogo se ocupara del asunto existiría menor probabilidad de sufrimiento para el condenado. Mas, no olvidemos que, como médico, ha realizado el juramento hipocrático de "no hacer daño al ser humano", y está prohibido de participar en este tipo de procedimientos.
Polémico el tema, no? Y da risa ver a todos esos políticos de medio pelo discutir sobre la pena de muerte sin saber siquiera dónde están parados...