El vino no solo "marida" con la comida, y en nuestro caso la prueba está muy cerca. Las bodegas se han relacionado con la arquitectura y esto ha dado como resultado el resalte de los dos sabores, una buena cosecha y un buen diseño....
El vino es un ser vivo, para el que se lleva construyendo desde tiempos remotos. Para ello se han planificado recintos, o se han aprovechado las condiciones naturales de ciertos espacios.
El vino y la Arquitectura se dan la mano. Aprovechando el verano, realizamos una visita que nos permite conocer como se elabora, su historia, a la vez que recorremos espacios diseñados para su almacenamiento. A una hora y media de Bilbao nos encontramos con Haro, municipio de La Rioja, cuyo renombre le viene de sus bodegas.
Comienzo mi post sirviéndote una copa de vino; primero puedes mirar su color, colócalo al traslúz con un fondo claro y aprecia sus matices… Mientras acercamos sin mover su contenido la copa a la nariz para apreciar los aromas “primarios” te puedo contar la historia de una de las bodegas de Haro.
Las bodegas CVNE en Haro, La Rioja, son propiedad de unos Bilbaínos, cuyos antepasados por problemas de salud, y recomendación médica buscaron un clima más seco, estamos hablando del año 1879. Un dato muy curioso es el relacionado con su nombre. Ya que este por una confusión de imprenta cambió, mejor dicho simultaneó dos nombres, CUNE Y CVNE, a veces del error sale un acierto.
Parece que en Haro siempre hubo vino, pero más bien de una calidad dudosa. Fue la plaga filoxera, la que al destruir los viñedos franceses, obligaron a estos a venir a estas tierras a por uva, y de ahí nace la mejora de la calidad y de la cantidad de los vinos de esta procedencia.
Ahora mientras mueves la copa para que el vino suba por las paredes percibirás los aromas secundarios…
En La Rioja hay muchas bodegas, cuya fama viene determinada por la calidad de sus vinos y también por su arquitectura. Maridajes entre bodegas y arquitectos tales como los de: Marqués de Riscal y Frank Gehry. Ysios y Santiago Calatrava, Lopez de heredia con la participación de Zaha Hadid. Viña Real y Maziéres, hacen que la visita tenga un doble interés.
En nuestra visita también hay un arquitecto famoso, Gustav Eiffel, quien en España también participó en la construcción de la Real bodega de la Concha de Jerez (1862). Para las bodegas CVNE su estudio realizó una nave con una estructura que por su concepción, permite que sea diáfana, sin columnas, en ella se almacenan las barricas.
Se puede realizar otra agitación para percibir los aromas “terciarios”. Si los tiene, se dice que el vino tiene “bouquet”…
Por fin visitamos el cementerio, lugar excavado en la montaña que permite a los vinos estar en unas condiciones de temperatura y humedad óptimas, claro, también tiene su historia...
Ahora sí, podemos dar un pequeño sorbo para comprobar su sabor y comprobar si este es “redondo”, lo que significa un equilibrio óptimo entre los cuatro sabores básicos. Como soy nueva en la materia hasta aquí llega mi capacidad en la cata. Un proyecto interesante es cataunvino, un proyecto de innovación financiado por el Fondo Social Europeo.
Para terminar, recomendaros la visita, es interesante y el entorno es muy agradable. Habréis apreciado que me he quedado un poco “escasa” en la explicación. Pero claro, la intención es que vayáis y disfrutéis como lo hice yo. Además la guía que en mi caso dirigió la visita, se explica mucho mejor y os dará otros datos que resultan igual de interesantes.
Después de visitar la bodega , que dura una hora y media, el centro de Haro se encuentra a pocos minutos de camino. Tiene multitud de bares, con mucha gente, donde poder seguir degustando los vinos de la zona.