Se trata del órgano más importante del sistema nervioso central. Una masa gris de aspecto arrugado que flota sobre líquido cefalorraquídeo protegida por el cráneo y responsable de más de mil billones de conexiones sinápticas. Con poco menos de un kilo y medio de peso, es la parte de la anatomía humana más enigmática y de la que menos se sabe hasta el momento. Existen distintas teorías sobre su evolución y la complejidad de los distintos procesos mentales, pero desde el lenguaje y hasta la conciencia, el conocimiento que se tiene sobre su funcionamiento es primigenio con respecto a su potencial creativo.
A pesar de que la ciencia médica consideraba en el pasado que no existían diferencias significativas entre ambos cerebros, el estudio más ambicioso jamás realizado para descubrir distinciones en la anatomía cerebral entre hombre y mujer arrojó resultados que podrían cambiar la forma en que comprendemos a cada sexo a partir de su pensamiento. El doctor Stuart Ritchie, especialista en Psicología de la Universidad de Edimburgo, se valió de más de 500 mil datos disponibles en el UK Biobank (una iniciativa científica del Reino Unido para la recopilación de información relativa a los órganos del cuerpo humano) para escanear cerebros y descifrar si la información arrojada a través de resonancias magnéticas era suficiente para descubrir si se trataba de un hombre o una mujer.
El resultado fue estadísticamente notorio: en cerca del 77 % de los casos fue posible identificar correctamente el sexo del cerebro en cuestión. Según Ritchie, la diferencia más significativa entre el sistema nervioso central de los sexos de nuestra especie está en el tamaño: los cerebros masculinos poseen un volumen mayor que los de su contraparte femenina, no sólo en el total de materia gris, también en áreas específicas del mismo.
La amígdala, el hipocampo, el cuerpo estriado y el tálamo de los hombres son visiblemente más grandes que las mismas regiones en las mujeres. No obstante, la anatomía del sistema nervioso central femenino posee una corteza cerebral más gruesa que la masculina, un elemento que parece decisivo en la obtención de un resultado más alto en las pruebas de habilidades cognitivas e inteligencia.