El urólogo Jorge Arratia Maqueo explica que se han encontrado dos rubros de deportistas con una relación directa con este padecimiento: los de alto rendimiento que utilizan esteroides de cualquier índole, que se conoce como disfunción eréctil medicamentosa, y los ciclistas que entrenan más de tres horas continuas a la semana.
La dificultad para lograr una buena calidad de erección, y así mantener la penetración en la mujer se califica de acuerdo a grados de firmeza del 1 al 4, según la dureza del pene durante la erección, en una escala de menor a mayor.
“Desde los 90 se ha estudiado la relación entre el ciclismo y la disfunción eréctil, aunque no tienen que ser profesionales”, agrega. “Hay estudios que hablan que el ciclista amateur o por diversión puede padecer los síntomas.
“Todo empieza con el tipo de asiento y la posición en la bici. Se ha demostrado que la de montaña es la más dañina por cómo vas sentado. Se recomienda estar inclinado hacia atrás o hacia adelante para que el peso no caiga en el área del periné, que es por donde pasan los nervios responsables de la erección, y que se encuentra entre el escroto y el ano”.
No obstante, la industria del ciclismo recientemente ha lanzado asientos que cuentan con un área cóncava o hueco, para que no se comprima esa zona, y se ha demostrado que entre más amplio y acolchonado, mejor para dejar libre la zona del periné.
Esto aunado a utilizar el manubrio lo más abajo que se pueda, para así evitar recargar el peso en el periné, porque arriba o al nivel también afecta.
“Se ha demostrado que más de tres horas arriba de la bicicleta puede causar parestesias o hipoestesias, que es el adormecimiento en esa área.
“Al empezar a sentirlo en el periné, los testículos o el pene, la recomendación es parar el ejercicio y, una vez que se libere esa sensación, continuar.
“Esto es transitorio, es una señal para estar alerta, porque si lo sientes y no paras la actividad, a largo plazo se incrementan grandemente las posibilidades de presentar disfunción eréctil”, señala.
Arratia Maqueo agrega que no se puede medir de manera exacta el tiempo para llegar a padecerla, ni es 100 por ciento una regla que practicar el ciclismo provoque la enfermedad, pero sí está escrito en la literatura médica las posibilidades y los porcentajes más altos en este deporte.
Algunos ciclistas que han acudido a consultar con ciertos síntomas de disfunción eréctil no los relacionan con este deporte, hasta que el médico se los hace saber después de un interrogatorio previo.
Fuente: Jorge Arratia Maqueo