Uno, que ya tiene cierta edad, recuerda que en muchos lugares públicos, bares, estaciones de tren y autobuses, plazas y mercados, etc. figuraban carteles advirtiendo:
"Prohibido blasfemar y
escupir, bajo multa de 25 pesetas” .Eran los años cuarenta del pasado siglo, después de la guerra civil, en los cuales la cultura imperante era el “nacional catolicismo” y por ello las autoridades civiles, consideradas como el brazo armado de la Iglesia, estaban facultadas para aplicar las normas morales prescritas por la jerarquía eclesiástica.España es un país en el que sus habitantes, generalmente intolerantes, siguen con entusiasmo la ley del péndulo, pasando de un extremo a otro; ahora, mas bien desde hace años, algunos se permiten blasfemar en público, a ser posible ante las cámaras de televisión y micrófonos de algunas radios, o mejor aún a través de las redes sociales como “twitter”, por ejemplo.
Hay que insultar de la forma más soez posible a Dios, a Jesucristo, a la Eucaristía, a la Virgen Santísima y ya, de paso, al Papa, a los obispos, a los curas…, “que se lo tienen bien ganado”(según ellos, claro)….
Puede ser en la Universidad Complutense, por chicos y chicas pretendidamente universitarios que asaltan la Capilla, profanado el sagrario, ellas semidesnudas, vociferando expresiones ofensivas a Dios, La Virgen, la Religión Católica etc. que por decoro no quiero reproducir.Todo ello les sale gratis; no solo eso, así se promocionan y ascienden puestos en su partido político para luego estar en las listas y ser elegidos concejales de Ayuntamientos y diputados de Comunidades Autónomas, o cualquier otro cargo público.
Recientemente con motivo de la festividad de la Virgen del Pilar que también es la Fiesta Nacional de ESPAÑA, 12 de octubre, un actorzuelo, mas bien bufón o titiritero, cuyo nombre no cito para no darle publicidad, se permitió insultar a la Virgen del Pilar, a la nación española y a la Hispanidad; pues bien, las pestilentes palabras de este desdichado, han sido reproducidas por los medios de comunicación y redes sociales dándole una notoriedad que jamás ha alcanzado por sus méritos (?)en el ejercicio de su profesión.Si alguien blasfema contra Alá o contra Mahoma, o simplemente reproduce su imagen y no digamos si los caricaturiza corre el riesgo de que le corten la cabeza .
Los insultos contra el Dios de los cristianos, Jesucristo, La Virgen, los Santos, la Iglesia, etc. salen gratis; los ofensores saben que la Jerarquía no se querellará jamás y los cristianos tampoco, (aunque tal vez deberíamos defenderlos con mas intensidad), somos tolerantes y amamos sinceramente la libertad de expresión aunque quizás no todas sus formas sean legítimas.
El blasfemo actual no es un pobre analfabeto, como lo era, generalmente, el de décadas anteriores que se caracterizaba por su rudeza y simplonería. Antes al contrario, como se dice mas arriba, frecuenta la Universidad y los círculos mas o menos culturales del teatro, cine televisión, etc. disponiendo de los poderosos medios de comunicación y sobre todo las redes sociales en donde se ampara en el mas absoluto anonimato para depositar sus deyecciones mentales.
No deja de ser curioso que los países más católicos han sido los más blasfemos. La sociedad española de hoy es mucho menos religiosa que antaño y quizá por eso se blasfema menos en términos generales. Por ello, a veces pienso que todas estas blasfemias en el fondo, muy en el fondo, son manifestaciones de Fe, pues para blasfemar hay que creer en Aquel a quien se insulta pues si no ¿que sentido tiene ofender a algo inexistente?
F.J. de C.Madrid, 19 de octubre de 2.015