Las revelaciones publicadas en un lustro confirmaron la hipótesis sobre la nacionalidad celestial. Efectivamente Dios es argentino. Cuarentón y tucumano, me permito precisar.
Los creyentes rezamos por que retome la actividad blogger. Podría empezar por corregir las fallas de programación que impiden dejar/leer comments y mostrar los pingbacks generados por acólitos.
Cuesta encontrar rastros de la palabra divina en sermones, documentos y demás discursos/textos del mundo real. Si Dios no vuelve a la blogósfera, pronto diremos lo mismo de tanta verborragia virtual.