Recientemente la calidad y cantidad del sueño descrita por los propios pacientes de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII) ha despertado el interés de la comunidad científica gracias a los últimos estudios que apoyan la relación entre el sueño, la función inmune y la inflamación.
Al parecer habría una estrecha vinculación entre el sueño y la función inmune. Mostrando los estudios dos aspectos importantes que nos llevan hasta un ciclo vicioso.
- La privación del sueño puede llevarnos a inflamación sistémica al provocar leucocitosis, un aumento de las células asesinas naturales, y elevarse la producción de citocinas pro inflamatorias.
- Una fase activa de la enfermedad puede producir privación del sueño, lo que a su vez termina en una mayor activación inmune como la que ocurre en el primer punto.
Y es que las citocinas, involucradas en la patogénesis de enfermedades como el Crohn y la Colitis, juegan un papel central en la regulación del ciclo sueño-vigilia. Presentando su alteración varios inconvenientes.
Aunque lo más importante ahora es evidenciar que un sueño adecuado fortalece la función inmune por un lado, mientras que la privación del sueño provoca el efecto contrario.
¿Y esto a nosotros que nos importa exactamente?
De entrada es importante porque puede explicar por qué manifestamos quejas cuando se nos pregunta por nuestra cantidad y calidad del sueño.
Quejas que según diferentes estudios tenemos el 82% de los pacientes con una EII activa frente al 52% que la mantiene inactiva.
¿Pero por qué el 52% por ciento de los que la enfermedad inactiva siguen teniendo problemas al dormir?
Para responder se ha venido estudiando esa muestra. Encontrándose que estos pacientes, a pesar de estar asintomáticos, presentaban en la histología inflamación en el 62% de los casos.
¿Y que importancia tiene esto?
Mucha. Si la enfermedad se puede estar activando, aunque no tengamos sintomatología ninguna, podríamos usar los reportes de sueño para predecir si puede haber una recaída en el corto plazo e intervenir en consecuencia. Una medida barata y de fácil aplicación. Así que eso es lo que se ha investigado desde entonces.
Por ejemplo la Crohn’s and Colitis Foundation of America Partners IBD encontró que los pacientes con enfermedad de Crohn, en remisión y con quejas subjetivas sobre el sueño, tenían el doble de probabilidades de recaer en un periodo de tiempo menor de seis meses. Sin embargo a los pacientes con Colitis Ulcerosa no se les encontró esta asociación.
La Digestive Disease Week 2013, en un estudio similar, encontró que los pacientes con Crohn tienen el triple de probabilidades de recaer en 6 meses cuando están sin síntomas y presentan falta de sueño. Así los pacientes con alteraciones en los patrones del sueño tenían una tasa de recidiva del 47% a los tres y el 67% a los seis meses en comparación con el 0% a los 3 y 6 meses en los pacientes con patrones del sueño normales.
Conclusión:
Estudiar las alteraciones del sueño en los pacientes con EII’s es una línea muy prometedora que podría ayudar a mejorar nuestra calidad de vida. Pero antes de seguir hablando sobre este tema y la solución que podemos tener a nuestra mano cuando tengamos inconvenientes al dormir…
¿Cómo es vuestra calidad del sueño? ¿Tardáis en dormir? ¿Os despertáis con frecuencia durante la noche? ¿Os levantáis más temprano de lo que os gustaría por culpa de no poder seguir durmiendo?
Saldana, R.