Si vives en una caravana, te acostumbras a andar de aquí para allá. En cuanto te haces a un lugar, hala, carretera y manta.Cuando mi madre comienza a hablar consigo misma en voz alta, significa que pronto nos largamos.Estoy acostumbrada a decir «hola» y «adiós» casi al mismo tiempo. Razón suficiente para no estrechar lazos con nadie. Pasando.Somos como los pájaros: siempre volando, huyendo de las trampas para que nadie ni nada nos atrape.La carretera nos llama.
Novedad en el catálogo: La carretera, Miren Agur Meabe (Erein)
9.05 € 72 págs. 16 de abril de 2012