La casa del tejo. Carmen Gil

Por Matilda @Matildalibros


   Hoy traigo un libro que me hizo disfrutar mucho con su lectura y que creo que es ideal para la época en la que estamos entrando.
   El verano ya ha llegado para quedarse en muchos lugares, aquí en Sevilla, desde luego, ya he deshecho la maleta y está más que instalado, por eso es inevitable pensar en las vacaciones, la playa y todas esas cosas.
   Os diré que yo no soy muy de playa, es más no suelo ir y si puedo, mis días de vacaciones y mis escapadas suelen tener lugar en otoño, pero aún así, no me olvido de lo que significaba esta época cuando aún estudiaba, ni de la ilusión con la que esperaba el momento de hacer la maleta y viajar (en mi caso a Cantabria) con mis padres y hermanos para disfrutar de unos días con la familia y los amigos. Todas esas sensaciones volvieron cuando leí La casa del tejo, ambientada en una playa andaluza pero llena de momentos reconocibles y entrañables.

   En la Edad Media, cuando aún se perseguía a las brujas, la casa del tejo fue protagonista de una triste historia y cuentan que, desde entonces, el alma de Juana, vaga por sus pasillos y habitaciones.
   Muchos, muchos años después, Marga, escritora y soñadora de profesión y vocación, llega hasta ella dispuesta a dejar atrás momentos tristes y a rehacer su vida junto al mar. Su sobrina Andrea decide quedarse con ella mientras se instala y juntas descubrirán que la nueva casa, que lleva años cerrada y necesita algunos retoques, tiene mucho que contarles.
   Me gusta mucho como escribe Carmen Gil, me parece una de esas escritoras capaces de conectar con los lectores más jóvenes siempre con una historia interesante. En este caso, no ha sido una excepción y creo que si yo lo hubiera leído con 12 años hubiera disfrutado aún mas de lo que lo he hecho.

   Los personajes, las situaciones, el ambiente, todo nos ayuda a sentirnos identificados y a vivir las aventuras de Marga y de Andrea como si fueran nuestras y podremos, no solo ir un ratito a la playa sino también enamorarnos de ese chico tan guapo al que hemos visto ensayar con su grupo, arreglar el jardín de la casa del tejo, lleno de malas hierbas y descubrir todos los secretos que esta esconde. Yo he sentido muchas, muchas ganas de abrir armarios y cajones para curiosear y descubrir por qué los antiguos propietarios dejaron tantas cosas allí y cerraron la puerta sin volver a acordarse de lo agradable que es vivir junto al mar.
   Cuando llega el calor y se acaba el colegio, todos necesitamos historias que nos ayuden a volar lejos, de aventuras, de amor, de misterio... este libro tiene un poquito de cada y una gran cantidad de encantadora sencillez que hace que se lea rápido y sin querer parar.

   Si tenéis ganas de cambiar de aires y de pasar un rato agradable y entretenido, no dudéis en llamar a la puerta de la casa del tejo, estoy segura de que Marga estará encantada de recibiros.