Algunos alimentos son tan obvios tales como: las frituras, los cocidos, guisados, los cuales por su propia naturaleza, resultan tan grasientos e indigestos que no se aconsejan para cenar. No es que este prohibido su consumo, sino que no son convenientes para la salud.Sin embargo, existen otros alimentos no tan obvios pero que tampoco son aconsejables para cenar tales como:Pan o Sándwich en la cenaDos teorías podrían explicar por qué no es conveniente acostumbrarse a comer pan o sándwich en la noche:1-Hay personas que por condiciones metabólicas limitadas para asimilar de forma óptima los hidratos de carbono, En estos casos, si se come pan o sandwich para cenar u otros alimentos equivalentes en aporte de hidrocarbonado (pasta, arroz, pizza, patatas, croquetas u otras masas...), el exceso de este nutriente se acumula en forma de triglicéridos en el tejido adiposo. Consecuencias: aumenta el peso o, cuando menos, no se baja de peso y aumenta el porcentaje de grasa corporal, etc.2-La otra razón son las calorías o valor energético que se "esconde" en el relleno de los sandwiches: Quesos, embutidos, salamis, carnes fritas etc. Estos rellenos suman las calorías que debería proporcionar toda la cena, que debería llegar al 25% del total de las calorías del día.La lechugaLa lechuga, por su alto contenido en fibra insoluble (más abundante en lo blanco del tronco), puede ocasionar gases e hinchazón abdominal tras su consumo. Cenar poco pero no insuficiente:Las frutas, las ensaladas, los yogures y los quesos son alimentos ligeros por su propia naturaleza. Si el objetivo del plan de alimentación es cuidarse y vigilar las calorías de lo que se cena, estos alimentos deberían formar parte de una cena frugal, ligera, pero no deberían contemplarse como norma ni como plato único.El problema de una cena demasiado escasa es que a la mitad de la noche, puede despertarse el apetito y sentir la necesidad de abrir la nevera o la despensa y comer "cualquier cosa" para calmar el hambre y "los ruidos del estómago" que despiertan o impiden dormir. Este desorden alimentario provoca justo lo contrario a lo que se pretende al cenar poco: altera el ritmo digestivo, interfiere con el proceso del sueño y se ingieren más calorías que si se hubiera previsto una cena correcta.Para evitar este tipo de situaciones indeseables, el plan es prepararse cenas ligeras pero suficientes en cantidad y con una buena combinación nutricional como para favorecer la digestión y conducir a un sueño profundo y reparador.
Algunos alimentos son tan obvios tales como: las frituras, los cocidos, guisados, los cuales por su propia naturaleza, resultan tan grasientos e indigestos que no se aconsejan para cenar. No es que este prohibido su consumo, sino que no son convenientes para la salud.Sin embargo, existen otros alimentos no tan obvios pero que tampoco son aconsejables para cenar tales como:Pan o Sándwich en la cenaDos teorías podrían explicar por qué no es conveniente acostumbrarse a comer pan o sándwich en la noche:1-Hay personas que por condiciones metabólicas limitadas para asimilar de forma óptima los hidratos de carbono, En estos casos, si se come pan o sandwich para cenar u otros alimentos equivalentes en aporte de hidrocarbonado (pasta, arroz, pizza, patatas, croquetas u otras masas...), el exceso de este nutriente se acumula en forma de triglicéridos en el tejido adiposo. Consecuencias: aumenta el peso o, cuando menos, no se baja de peso y aumenta el porcentaje de grasa corporal, etc.2-La otra razón son las calorías o valor energético que se "esconde" en el relleno de los sandwiches: Quesos, embutidos, salamis, carnes fritas etc. Estos rellenos suman las calorías que debería proporcionar toda la cena, que debería llegar al 25% del total de las calorías del día.La lechugaLa lechuga, por su alto contenido en fibra insoluble (más abundante en lo blanco del tronco), puede ocasionar gases e hinchazón abdominal tras su consumo. Cenar poco pero no insuficiente:Las frutas, las ensaladas, los yogures y los quesos son alimentos ligeros por su propia naturaleza. Si el objetivo del plan de alimentación es cuidarse y vigilar las calorías de lo que se cena, estos alimentos deberían formar parte de una cena frugal, ligera, pero no deberían contemplarse como norma ni como plato único.El problema de una cena demasiado escasa es que a la mitad de la noche, puede despertarse el apetito y sentir la necesidad de abrir la nevera o la despensa y comer "cualquier cosa" para calmar el hambre y "los ruidos del estómago" que despiertan o impiden dormir. Este desorden alimentario provoca justo lo contrario a lo que se pretende al cenar poco: altera el ritmo digestivo, interfiere con el proceso del sueño y se ingieren más calorías que si se hubiera previsto una cena correcta.Para evitar este tipo de situaciones indeseables, el plan es prepararse cenas ligeras pero suficientes en cantidad y con una buena combinación nutricional como para favorecer la digestión y conducir a un sueño profundo y reparador.