Y es que las soluciones a problemas como el sargazo, la creación rápida de vacunas, la calidad del agua o la pérdida de la biodiversidad no pueden darse sin la ciencia básica, sin distingo de si la propuesta de solución viene de las matemáticas o la física de partículas, de cualquier área del conocimiento pueden generarse ideas que ayuden al desarrollo de las naciones, continuó.
“Me parece una declaración de la mayor relevancia. Es importante ir poniendo sobre la mesa este tema, en un momento donde falta mucho de esto (impulso a la ciencia) en numerosos países. Acaba de pasar la COP26, muchos tienen en la cabeza el cambio climático, pero las soluciones que se requieren para eso dependen de todo esto y es necesario poner el foco, empezar desde abajo para encontrar estas soluciones”, destacó el también investigador.
Esto gracias a su personal altamente calificado y el entusiasmo de los estudiantes. Por ejemplo, el Instituto de Biotecnología tiene una iniciativa muy importante para proveer a la industria farmacéutica de biotecnológicos, y hay la intención de echar a andar una planta piloto en el estado de Hidalgo justamente para llevar la ciencia básica a la práctica; es decir, escalar a aplicaciones médicas.
Se han puesto a disposición de las autoridades del país herramientas que los ayudarán en la toma de decisiones para la pandemia; se trabaja intensamente para aportar información sobre la creciente resistencia antimicrobiana y se desarrollan modelos matemáticos y estadísticos para mejorar la infraestructura.
Además, se impulsa el pensamiento racional e innovador y una sociedad basada en el conocimiento, para ayudar en problemas como el sargazo en Mérida y se firmó un convenio con el Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia para trabajar en un observatorio para virus potencialmente peligrosos; esto, además del manejo sostenible del agua, calidad y recuperación del suelo, iniciativas encaminadas a mejorar la salud de las personas a través de sus programas de cambio climático, salud, alimentación sustentable, suelos y el programa espacial.
“Responder preguntas desde un punto de vista global es importante para proponer las soluciones y sólo se puede hacer si tenemos investigación básica en todos los niveles del sistema y sobre líneas base temporales muy largas”, aseveró.
Más de 50 instituciones
El Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible, fue impulsado por más de 50 academias y redes de ciencia entre las que destacan la Unión Internacional de Física Aplicada, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas, el Centro de Física Teórica Abdus Salam de la Unesco, 28 premios Nobel y ganadores de la medalla Fields; además de varias naciones de América Latina.
Lee Alardín enfatizó que es importante que se haya relacionado éste tema con los ODS, pues son considerados una agenda primordial para las naciones. Se trata de 17 objetivos clave para lograr la sostenibilidad a largo plazo, que implican generar cambios y acciones en beneficio del cuidado del agua, aire limpio, conservación de la biodiversidad, suelos, etcétera.
Al dedicar el año que inicia a este tema, añadió el astrónomo, Naciones Unidas le dice al mundo que esto es muy importante, que hay que fomentar, apoyar y debe estar en la agenda de todas las naciones para las soluciones que requiere el planeta y la población.
“En México hace falta muchísima investigación, personal, infraestructura, recursos y estabilidad. Por desgracia, históricamente se han tenido muchos vaivenes, subidas y bajadas en el financiamiento y apoyo, que no abonan a que se pueda desarrollar el sector, que la juventud vea una perspectiva de vida en esto y, por lo tanto, se dedique a ello, que se traduzca en un desarrollo que nos sirva a nosotros y no tengamos que depender del exterior”, finalizó Lee Alardín.