Estos individuos bebieron dos tazas de chocolate caliente diarias durante 30 días y no consumieron ningún otro tipo de chocolate. Los investigadores les realizaron pruebas de memoria y habilidades de pensamiento, además de tests de ultrasonidos para medir la cantidad de flujo de sangre que llega al cerebro. Las personas con problemas de flujo sanguíneo también vieron mejoría en sus tiempos en una prueba de memoria de trabajo, con puntuaciones pasando de 167 segundos al comienzo del estudio a 116 segundos al final, mientras no hubo cambios en los tiempos para las personas con el flujo sanguíneo normal al inicio de la investigación.
Las exploraciones con resonancia magnética realizadas en 24 participantes para buscar pequeñas áreas de daño cerebral determinaron que las personas con deterioro del flujo sanguíneo eran más propensas a tener estas áreas con daño cerebral. ”Se necesita más trabajo para probar un vínculo entre el cacao, los problemas de flujo de sanguíneo y el deterioro cognitivo“, concluyó Paul B. Rosenberg, de la Escuela de Medicina Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos. C. Marco