La cocina española triunfa en Polonia

Por Nestortazueco

(Colpisa, Paco Soto, 13/12/2010)


La gastronomía española se ha abierto un espacio importante en Polonia. Cada vez son más numerosos los polacos que se vuelven locos por nuestros exquisitos manjares. La paella, el cocido madrileño, el bacalao a la bilbaína, la tortilla de patatas, el jamón serrano, los chorizos y quesos manchegos, los turrones y mantecados, así como los deliciosos y variados caldos de la piel de toro, tienen seguidores en todo el país, sobre todo en las grandes ciudades, donde se concentra el grueso de la clase media y con un cierto poder adquisitivo.

En Varsovia existen varios establecimientos que sirven comida española y tiendas que venden nuestros deliciosos productos, pero el mejor de todos, el único dirigido por españoles, es el restaurante La Ibérica, que abrió sus puertas el pasado 22 de mayo de la mano del restaurador Miguel Ángel Capitán, un madrileño que lleva más de 14 años en Polonia, y el cocinero de origen malagueño José Pérez Díaz, quien, tras haber vivido ocho años en Inglaterra, decidió hace tres instalarse en Varsovia con su novia polaca. En siete meses, La Ibérica se ha convertido en un famoso restaurante que ofrece excelentes platos, vinos y cavas españoles y un trato personalizado a sus clientes. Tanto es así que el diario polaco ‘Gazeta Wyborcza’ -el de mayor tirada y prestigio del país- ha premiado a La Ibérica como mejor establecimiento gastronómico de Varsovia en 2010. Los dueños de La Ibérica se sienten felices por el premio, porque, como explica Miguel Ángel Capitán, “es una manera de reconocer que trabajamos bien, que ofrecemos de comer y de beber, pero también enseñamos cultura española a los varsovianos”.

Miguel Ángel Capitán y José Pérez Díaz son profundamente españoles. Dicho de otra forma: son tan españoles como la tortilla de patatas, el pulpo a la gallega o el gazpacho andaluz. Pero no son dos españoles provincianos que añoran al país de origen viviendo en la fría Polonia, sino dos pequeños empresarios emprendedores que han entendido que, en tiempos de crisis, sobran las lamentaciones, porque lo que hace falta para salir adelante es espíritu de superación, ganas de trabajar y profesionalidad. Y ambos son dos profesionales como la copa de un pino. “Nos interesa una clientela de calidad, exigente, que sepa diferenciar lo que es bueno de lo que no lo es. Los clientes españoles que nos visitan exigen mucho de nosotros y los polacos también”, explica Capitán. Pérez Díaz señala que “nuestra cocina es cien por cien española. Gran parte de nuestros productos vienen directamente de España, porque hemos conseguido una red de distribución adecuada. Y cuando no son productos españoles, son también de mucha calidad como en el caso del entrecot argentino o la sardina griega”.
Buen servicio
El cocinero de La Ibérica pone mucho énfasis en explicar que “queremos dar un buen servicio al cliente, pero para nosotros, esto no significa un servicio a la francesa, un poco relamido, como suelen hacer muchos restaurantes varsovianos caros, sino estar cerca del cliente, ofrecer un servicio cálido, explicarle al cliente lo que come y lo que bebe, tratarlo con respeto e inteligencia”. En la misma línea, su compañero Capitán dice: “Nos interesa recuperar la cocina tradicional española, porque se está perdiendo, pero también el estilo de vida español, que también se está perdiendo”.
El lema de La Ibérica, según dice Miguel Ángel Capitán, es “buena comida y buena vida”. “Nuestra labor de culturización gastronómica es ingente. Gastronomía es cultura. Por eso yo explico todo lo que sirvo a los clientes”, añade el restaurador de La Ibérica. Aunque la clientela polaca es cada vez más exigente con lo que pide y paga, todavía hay “mucha gente que confunde los platos españoles con los italianos, y que no sabe diferenciar un jamón pata negra español de un jamón italiano, o el excelente turrón alicantino del ‘nouga’ francés”, advierte el cocinero.