En un artículo publicado en la
revista Royal Society Open Science, un equipo de investigadores de Australia,
USA y el Reino Unido descubrió que comer comida chatarra altera la capacidad
del hipocampo cerebral. Los investigadores reclutaron a voluntarios de 20 años
que tenían un historial de alimentación saludable para aprender lo que le
sucede al cuerpo después de una semana de consumo de comida chatarra. La mitad
de los voluntarios comieron como lo hacían normalmente durante una semana; la
otra mitad comió comida chatarra, específicamente, comidas ricas en grasas,
carbohidratos y azúcar. Después de que terminó la semana, todos los voluntarios
fueron invitados a desayunar juntos en un laboratorio. A cada uno de los
voluntarios se le realizó una prueba de memoria antes y después de comer, junto
con una encuesta que les preguntó cuánto disfrutaban comiendo la comida que
habían estado consumiendo durante el transcurso de la semana de estudio. Las
pruebas de memoria revelaron puntuaciones más bajas para los voluntarios que
comieron comida chatarra durante una semana. Pero lo más importante, también
mostraron deterioro del hipocampo después de comer una sola comida chatarra. El
hipocampo juega un papel en la regulación de la alimentación y este no pudo
hacer su trabajo correctamente después de la ingesta de la comida chatarra y debido
a eso, a los voluntarios no se les indicó que dejaran de comer una vez que
estuvieran llenos y esto lo llevo a que se atiborraran. Después de una semana
de atracones, los voluntarios conservaron recuerdos de los placeres mientras se
olvidaban de los alimentos menos placenteros. El resultado fue que los
voluntarios no lograron abstenerse de comer comida chatarra creándose así una
enferma adicción que los llevara en el futuro a desarrollar graves problemas de
salud.