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Un estudio elaborado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) demostró que el nivel de consumo de alimentos fritos no aumenta la probabilidad de enfermedades coronarias.
Para la investigación fueron entrevistados 40.757 adultos sanos de entre 29 y 69 años que explicaron sus costumbres culinarias durante 11 años, desde mediados de los 90 hasta 2004.
El modo de cocinar se explicaba muy detalladamente, revelando que el aceite de oliva o de girasol era lo más utilizado, lo que es típico en España y de la mayoría de países mediterráneos. Recomiendo leer el articulo (los hombres, victimas mas frecuentes de la perdida de memoria)
Los participantes del estudio se dividieron en cuatro grupos, desde los que consumían poca comida frita hasta los que la disfrutaban con mayor frecuencia. En total, se produjeron 606 dolencias relacionadas con enfermedades cardiacas entre los entrevistados, pero estos se distribuyeron equitativamente entre los cuatro grupos.
De este modo los autores no encontraron ninguna relación entre el tipo de la comida y las enfermedades de corazón. Sin embargo, destacaron especialmente que es una conclusión válida solo para los países en los que es predominante la llamada ‘dieta mediterránea’, que supone el uso del aceite de oliva o girasol en lugar de aceites reciclados o grasas animales que se aplican mucho en la preparación de la comida rápida en países como Estados Unidos. Además, esta comida contiene más calorías y más sal, algo que sí que favorecen las enfermedades cardiovasculares.
Foto cortesia de www.google.com
Noticia Fuente: www.actualidad.rt.com