La comida no se tira: sopas de bruja

Por Ane
   
En las sesshines dejamos los cuencos limpios, tan limpios que ni se friegan. Tan sólo apartamos, simbólicamente, un pellizco de pan para los gakis. 

Una de las pesadillas de un tenzo es calcular lo que se va a consumir. Que no falte, que no sobre. Que si sobra se reutilice.... por ejemplo haciendo "sopas de bruja". Es fácil: coges todo lo que sobró, añades agua, sal y un poco de patata o si lo prefieres, arroz. Y lo pones a hervir. Que unos y otros ingredientes se hagan amigos al calor de un buen fuego. Si la sopa no queda muy bonita la haces puré y listo. O "da de comer al hambriento" y repártela.
Pero, ¡por dios bendito!, no desperdicies la comida que tanto le costó lograr al sol y a la luna, al agua y a la tierra, al hombre y a la mujer porque lo que solemos hacer es.............
Alfredo y Carmen ultiman los preparativos de sus vacaciones. En pocos minutos el cubo de la basura, que guardan debajo del fregadero de la cocina, está a rebosar de comida sin caducar. Un brick de leche, medio melón, melocotones, pasta, pan de molde... «Da pena tirar todo esto mientras otros pasan hambre pero el viaje es largo, hace calor y el maletero va hasta arriba de cosas...», justifica ella. Los hábitos de esta pareja, pese a la crisis, no son rara avis en los hogares españoles. En más de 16 millones de casas cada año se tiran a los contenedores más de 6.860 millones de euros en comida todavía en buen estado. Y eso que la necesidad va en aumento.
Madrid, 23.30 horas. Los empleados de un céntrico Starbucks -una conocida franquicia de cafés- echan el cierre y hacinan varias bolsas de basura en la entrada del local. En su interior, sandwiches, bocadillos y ensaladas que no caducarán hasta dos días después. La multinacional cafetera, con sede en Seattle (EEUU), tira todos los alimentos que no se hayan vendido dos días antes de que caduquen a excepción de los croissants, que se tiran todos los días a las 12.30 de la mañana cuando se reciben los horneados. Ni mucho menos son una excepción. En España, aunque no existen estadísticas oficiales sobre la cantidad de comida que se vierte a los basureros, se estima que el 20% de los alimentos frescos ofrecidos por restaurantes y grandes superficies acaban en los contenedores en perfectas condiciones para ser consumidos.
Y es que saber llenar la cesta de la compra sólo con lo necesario resulta, paradójicamente, más difícil que nunca. Cecilia Méndez, experta en sociología del consumo y de la alimentación de la Universidad de Oviedo, sostiene que a los españoles nos faltan dos cualidades básicas para no desperdiciar: aprovechar los restos de comida y tener tiempo para hacerlo correctamente. «Nos resulta más sencillo tirar la comida que reutilizarla para elaborar otros platos».
Pero no toda la culpa es nuestra. «Los establecimientos continuamente nos están bombardeando con ofertas que hacen pensar que estás ahorrando, de modo que acabas comprando más de la cuenta. Pagas tres cosas, cuando en realidad querías una, y dos acaban en la basura», alerta el portavoz de la asociación de consumidores FACUA, Rubén Sánchez. De hecho, una décima parte de los 646,5 kilos de alimentos que cada español compra al año viaja en buen estado a la basura. Esto sucede en el mismo país en el que más de 1,5 millones de personas pasan hambre, según datos de la Federación Española de Bancos de Alimentos.
Jóvenes que se acaban de emancipar y no saben comprar, familias que caen una y otra vez en las trampas comerciales del 3x2... El derrochador no tiene un perfil nítido. Puede ser cualquiera. Cada ciudadano tira cada año el equivalente a una cesta repleta de comida valorada en cerca de 150 euros: más de medio kilo de carne de bovino, casi cinco kilos de pan, dos de pescado, 12,5 kilos de huevos, ocho litros de leche o seis kilos de frutas y verduras.
DERROCHE INCONCEBIBLE
Las cifras abruman, aunque no dejan de ser discretas si se comparan con las de países como, por ejemplo, EEUU y Gran Bretaña. En el primero, la comida desperdiciada aumenta hasta un 40% (estudio de la Universidad de Arizona), mientras que se sitúa entre un 20% y un 30% en Gran Bretaña, según la oficina medioambiental británica. Tristram Stuart -abanderado del freeganismo, una corriente de nuevo cuño que pregona un estilo de vida alternativo basado en denunciar el consumismo para abastecerse de lo que tiran los establecimientos- ha levantado ampollas en el mundo anglosajón con su libro Waste: Uncovering the Global Food Scandal, en el que pone cifras, todas ellas escandalosas, a la sociedad de la opulencia. Hasta 484 millones de yogures sin abrir, 1.600 millones de manzanas en perfecto estado (27 por persona) o 2.600 millones de rebanadas de pan se arrojan a la basura cada año en Gran Bretaña.
El valor de lo que despilfarramos en los países desarrollados aumenta más, si cabe, cuando éste se relaciona con la lacra que el hambre arroja. Sólo con el pan que las familias británicas desechan cada año, 30 millones de personas malnutridas podrían aliviar su hambre (según datos recogidos por el diario británico The Guardian). El montante de lo desperdiciado en EEUU asciende a 45 millones de toneladas de una producción anual cifrada en 160. En el país más rico del mundo 30 millones de personas pasan hambre y sólo bastarían 1,8 millones de toneladas para que dejaran de hacerlo, es decir, aprovechar un kilo de cada 25 desperdiciados, según datos de la ONG estadounidense Food Not Bombs.
El derroche de los españoles tiene un precio: 6.500 millones de euros en comida que cada año se pudren en los cubos de la basura.
EL DESPILFARRO EN CIFRAS
España. Desechamos el 10% de los alimentos adquiridos, unos 2,9 millones de toneladas que darían de comer a la mitad de la población de Somalia durante un año.
La cesta. ¿Qué tiramos? 242.600 toneladas de carne, 111.000 de pescado, 330.000 de fruta, 27.500 de arroz, 139.000 de patatas, 222.000 de pan, 369,5 millones de litros de leche...
Otros países. Gran Bretaña tira 5,4 millones de toneladas, con las que se podría alimentar a toda Guinea (8,6 millones de habitantes). En EEUU la cifra aumenta a 45 millones: el sustento de toda Etiopía (73 millones de habitantes).
Fuente: solidaridad.net
(Busca "freeganismo" en la red. A lo mejor es una opción porque yo también soy Alfredo y Carmen y Starbucks y Mercadona o Hipercor)