La Comisión Europea ha aprobado el uso de entecavir para el tratamiento de la hepatitis B crónica en pacientes adultos con evidencia de descompensación hepática. La autorización europea del 28 de febrero llega cuatro meses después de que las autoridades estadounidenses (FDA) dieran luz verde a su empleo con la misma indicación. En Europa, el antiviral fue aprobado en junio de 2006 para adultos con esta infección pero con la enfermedad hepática compensada y evidencias de replicación viral activa, elevación persistente de los niveles séricos de alanina aminotransferasa (ALT) e inflamación activa y/o fibrosis del hígado.
La descompensación hepática por hepatitis B se caracteriza por la incapacidad del hígado para mantener sus funciones, debido, por lo general, a la cirrosis o fibrosis causada por la inflamación crónica de este órgano. Los datos demuestran que hasta un 40% de los pacientes con hepatitis B crónica desarrolla cirrosis a lo largo de su vida, alrededor de un 2-6% por año. Entre estos pacientes con cirrosis, un 3-5% evoluciona a cirrosis descompensada al año y un 2-5% desarrolla carcinoma hepatocelular. Asimismo, se sabe que la mediana de supervivencia de los pacientes descompensados es de entre 2 y 3 años, con sólo un 28% capaz de sobrevivir más de cinco años. Si la enfermedad progresa al estado descompensado, el transplante de hígado suele ser necesario.
Según el profesor Jorg Petersen, la reciente aprobación es un hito en el manejo de los pacientes con descompensación hepática, de difícil tratamiento y con altas tasas de mortalidad. “La nueva indicación cuenta con datos que avalan que entecavir es eficaz en pacientes con descompensación hepática”, añade. El estudio ETV-048, ha sido la investigación que ha hecho posible la aprobación de esta nueva indicación. Se trata de un estudio aleatorio, abierto y multicéntrico que comparó la eficacia y seguridad de entecavir (1.0 mg una vez al día) frente a adefovir (10.0 mg una vez al día) en pacientes con descompensación hepática y HBeAg positivo o negativo. El resultado fue que aquellos que recibieron entecavir lograron una mayor supresión viral comparado con adefovir tras 24 y 48 semanas de tratamiento. Así, a las 48 semanas de iniciar el tratamiento, consiguió reducir la cantidad de virus a niveles indetectables (menos de 300 copias/ml) el 57% (57/100) en el grupo tratado con entecavir frente al 20% (18/91) del grupo de adefovir. No obstante, el objetivo primario fue determinar el efecto sobre la carga viral a las 24 semanas, revelándose una superioridad de entecavir estadísticamente significativa sobre adefovir (-4.48 versus -3.40; p < 0.0001).
El estudio incluyó a 191 pacientes con estatus HBeAg-positivo o negativo (es decir, que presentaban o carecían de una proteína viral que indica que el virus de la hepatitis se está replicando activamente) y una edad media de 52 años. Participó un porcentaje mayor de varones (74%), bien de Asia (54%) o caucásicos (33%).5 Entre ellos los había con o sin tratamiento previo, pero en ningún caso habían recibido entecavir, adefovir o tenofovir.
Las escalas utilizadas para determinar la gravedad de la descompensación hepática indicaban una media de 8,81 en el grupo de entecavir y 8,35 en el de adefovir cuando se utilizó la puntuación del Child-Pugh, 17,1 y 15,3 respectivamente, cuando se analizó con el sistema MELD (Model for End stage Liver Disease).
Por otro lado, este estudio también comparó la capacidad de entecavir y adefovir a la hora de lograr una normalización de los niveles de alanina aminotransferasa (ALT, por sus siglas en inglés). Las ALT son un tipo de transaminasas, es decir proteínas producidas en el hígado, cuyo aumento indica una lesión hepática. Entre los pacientes con los niveles de ALT anormales al inicio del estudio, una proporción mayor entre los tratados con entecavir había logrado la normalización: concretamente a las 48 semanas lo logró el 63% (49/78) frente a el 46% del grupo de adefovir (33/71).
Además, se compararon en ambos grupos las tasas acumuladas de carcinoma hepatocelular (HCC), que fueron un 12% (12/102) para entecavir frente al 20% (18/89) de adefovir. Las tasas acumuladas de muerte fueron un 23% (23/102) y un 33% (29/89) para pacientes tratados con entecavir y adefovir, respectivamente.
Entecavir fue bien tolerado y los resultados de seguridad fueron similares en ambos grupos y fueron consistentes con los ya observados en población con enfermedad hepática descompensada. Los eventos adversos graves se produjeron en el 69% de los pacientes tratados con entecavir y en el 66% de los tratados con adefovir. Se produjeron interrupciones del tratamiento por efectos adversos en el 7% de los pacientes que habían recibido entecavir y en el 6% en el caso de adefovir.