Ahora que estamos con la nueva ley anti-tabaco, hemos visto oportuno rescatar una noticia que se publicó hace algunas semanas, y que afirma que cada año fallecen cerca de 16.000 personas en España por causas relacionadas con la contaminación.
De acuerdo a la SEC, Sociedad Española de Cardiología, y a la FEC, Fundación Española del Corazón, se estima que si una gran ciudad, como Madrid o Barcelona, redujera sus niveles de contaminación hasta cumplir con la escala internacional, se ahorrarían hasta 3.500 muertes al año.
Así, las personas que viven cerca de carreteras con mucho tráfico o autopistas, tienden a sufrir un deterioro de las arterias mucho mayor que el de otra gente que habita en zonas menos transitadas y consecuentemente, menos contaminadas. Según la Organización Mundial de la Salud, los parámetros máximos de polución ambiental se encuentran en unos 25 microgramos de partículas nocivas por metro cúbico.
Para José A. Barrabás, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la SEC, “la polución ambiental afecta sobretodo a las arterias, y como tal se debe considerar un nuevo factor de riesgo a nivel cardiovascular, para el que la única cura posible es la prevención”.
El responsable de la SEC también advirtió de los peligros del colesterol alto, el estrés o la mala alimentación, factores que suponen una mayor probabilidad de verse afectado por la contaminación ambiental.
Otra consecuencia negativa de las emisiones nocivas es el mayor riesgo a sufrir un accidente trombótico, dado que se favorece la formación de coágulos en la sangre. Además, Barrabás comentó las conclusiones de otros trabajos que sugieren que si la exposición a la contaminación se mantiene, a largo plazo puede provocar una arteriosclerosis.
Recordemos que a menor polución ambiental (tanto del humo de fábricas como el de automóviles, etc.), menor índice de de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre otros muchos beneficios a nivel colectivo.