Cada año se diagnostican en el mundo 350.000 nuevos casos de linfoma, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático y cuya incidencia está aumentando anualmente en la mayoría de los países desarrollados. En España, cada año, se diagnostican en torno a 6.000 nuevos casos.
Los síntomas del linfoma -fiebre, sudoración, pérdida de peso, pérdida del apetito, fatiga, tos persistente, disnea, picor, inflamación de los ganglios linfáticos o dolor de cabeza- pueden confundirse con los de otras enfermedades menos serias, haciendo que el diagnóstico temprano a veces sea difícil. Sin embargo, es importante que el diagnóstico se realice en estadios iniciales para comenzar el tratamiento cuanto antes, lo que mejora el pronóstico de este tipo de enfermedades. De hecho, si no se tratan, algunos tipos de linfoma pueden tener un desenlace fatal en un corto período de tiempo. Por ello, es necesaria y de vital relevancia la eficiente coordinación entre todos los profesionales sanitarios de todos los niveles asistenciales.
"Con el lema Podría ser linfoma ¡Infórmate! se pretende llamar la atención en la población general sobre el hecho de que el linfoma es un cáncer que puede padecer cualquiera, desde niños a ancianos, hombres o mujeres. Aunque no puede prevenirse, ante la presencia de síntomas se debe acudir al médico de familia quien descartará que se trate de esta enfermedad, o nos dirigirá a un especialista para que realice pruebas más específicas si sospecha que pueda tratarse de un linfoma. "Mantener a la población bien informada y conseguir que todos los profesionales sanitarios se impliquen en una correcto diagnóstico del linfoma, son los objetivos principales del Dial Mundial del Linfoma de este año", comenta Begoña Barragán, presidenta de AEAL.
Conscientes de dicha importancia, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que representa a unos 20.000 profesionales de Atención Primaria, se suma este año a esta campaña que conmemora el VII Día Mundial del Linfoma. La doctora Carmen Moliner, representante de semFYC, resalta el beneficio que pueden aportar los facultativos del primer nivel asistencial al poder detectar en la consulta los primeros síntomas del linfoma. "Nuestra posición en la puerta de entrada del sistema sanitario nos obliga a estar atentos a esos signos que nos pueden hacer sospechar. El más característico es la aparición de bultos en zonas donde hay ganglios, como en el cuello o encima de la clavícula. El cuadro se acompaña, aunque no siempre, de síntomas generales como malestar, fiebre y pérdida de peso", señala la doctora Moliner.
El linfoma es un cáncer que puede aparecer a cualquier edad, y es producido por una proliferación maligna de linfocitos (células defensivas del sistema inmunitario), generalmente dentro de los nódulos o ganglios linfáticos, pero que a veces afecta también a otros tejidos como el hígado y el bazo. Dicho de otra forma, es un cáncer que se inicia en el tejido linfático. "Existen muchos tipos de linfoma, unos 20 ó 30. En conjunto, los tumores del tejido linfático constituyen el cuarto o quinto tumor en frecuencia", explica el doctor Javier de la Serna, hematólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Aunque afecta tanto a hombres como a mujeres, y es el tercer tipo de cáncer más habitual en los niños, existe un grado muy alto de desconocimiento entre la población, respecto al linfoma. La mayoría de los pacientes coinciden en que, cuando se les diagnosticó la enfermedad, apenas habían oído hablar del linfoma o sobre el sistema linfático. Es por este motivo por el cual, desde hace años, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) apoyan también esta campaña de AEAL, cuyo principal objetivo es dar a conocer la existencia de este tipo de cáncer y la importancia de conocer sus síntomas para poder identificar la enfermedad lo antes posible, fin que se pondrá en practica mediante la instalación de más de 50 puntos de información repartidos por toda España.
Entre ellos, sendos puntos de información serán instalados el próximo 15 de septiembre en el Ministerio de Sanidad y Política Social y en el Senado. "Hemos querido acercarnos en este día también a la clase política para concienciarles y darles información sobre el linfoma, también a ellos puede ocurrirles", explica la presidenta de AEAL. "Sin duda, ello puede ayudar a una mayor concienciación social y, además, a que tanto las enfermedades onco-hematológicas como cualquier tipo de cáncer estén presentes en la agenda política de nuestro país, especialmente en esta época de crisis en que los pacientes oncológicos empezamos a estar seriamente preocupados por cómo pueden afectarnos las medidas de control del gasto en el sistema sanitario".
--El linfoma como prototipo de enfermedad curable
En los últimos años, los avances en los tratamientos de los linfomas están repercutiendo en que el pronóstico de estas enfermedades mejore cada vez más. Así, actualmente, el porcentaje de curación en algunos tipos de linfomas alcanza cifras bastante elevadas. Como destaca el doctor Antonio Rueda, oncólogo médico del Hospital Costa del Sol de Marbella y portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), "en los últimos años, se han producido diversos avances fundamentales en el tratamiento de los linfomas, como la utilización de los anticuerpos monoclonales en combinación con quimioterapia, lo que ha mejorado la eficacia del tratamiento y ha aumentado la supervivencia y la tasa de curaciones de los pacientes, y la utilización de este tratamiento como terapia de mantenimiento en el linfoma folicular para evitar recaídas. Asimismo, el futuro es esperanzador, teniendo en cuenta que existen otras opciones terapéuticas en investigación serán útiles para muchos pacientes".
Junto con estos avances, el doctor Javier de la Serna, hematólogo del Hospital 12 de Octubre de Madrid, señala otros relevantes como "la mejora en la tecnología de aplicación de la radioterapia con mayor precisión, y la mejora en los métodos de medición de la extensión de la enfermedad y la respuesta al tratamiento, tales como la tecnología PET o la citometría de flujo y biología molecular aplicada".
Respecto a la supervivencia, el doctor de la Serna explica que "en los linfomas agresivos, como en el linfoma B de células grandes, es frecuente conseguir la remisión completa y posteriormente la curación, lo que supone una supervivencia prolongada. En otro buen número de tipos de linfoma, de comportamiento más indolente, como la leucemia linfática crónica o el linfoma folicular, la respuesta completa y la curación son importantes, pero también lo es mantener el linfoma bajo control, aunque esté presente en el organismo. Ambas circunstancias se asocian a una supervivencia prolongada en este grupo de pacientes".
"Convivir con un linfoma –concluye el doctor Rueda- representa compaginar la vida cotidiana con etapas en las que se debe recibir tratamiento, por lo que todos los avances terapéuticos suponen una mejora en la calidad de vida de los pacientes".
--Pasos que aún hay que dar en la atención oncológica
La presidenta de AEAL se muestra muy satisfecha con todos estos avances, pero recuerda que "aún hay algunos puntos que se pueden mejorar para conseguir que la atención oncológica sea de excelencia: atención multidisciplinar, que requiere además de equipos multidisciplinares de cirujanos, radioterapeutas, oncólogos, hematólogos, anatomopatólogos y enfermeras especializadas, apoyo psicológico impartido por psicólogos expertos en oncología y atención equitativa para todos los pacientes oncológicos independientemente del lugar en el que vivan, algo que no se está dando siempre en la actualidad".
"Por otra parte, apunta, cada vez tiene más importancia y cobra un mayor protagonismo la implicación del paciente oncológico en la toma de decisiones que conciernen a su enfermedad y en tomar las riendas de la misma. Los pacientes con cáncer de hoy en día necesitamos tener una información precisa sobre nuestra enfermedad y sobre las diferentes opciones para tratarla, información que debe incluir los estándares de tratamiento y, además, los ensayos clínicos abiertos en los que pueda participar", explica Begoña Barragán