Sí amigos, estoy en crisis. No es la crisis de los cuarenta aunque podríamos llamarla "la crisis de los 126" pues ese es el número de artículos publicados en ocho meses de actividad. La media no es mala, 15,75 posts por mes, casi 4 a la semana. Hoy mismo, echando un poco la mirada atrás y en mi más ferviente espíritu perfeccionista, borraría la mitad de ellos y reescribiría el resto, pero hay que conformarse con lo que hay.
Lo cierto es que empiezo a notar una cierta desinspiración. Hace un tiempo me veía desbordado por los temas a tratar, tanto que tenía que hacer un esfuerzo de selección para ir repartiéndolos durante una o dos semanas y, con el mismo paso del tiempo, surgían otros que venían a engrosar esa imaginaria lista de espera. Actualmente tengo que buscar y buscar y volver a buscar y buscar y buscar -parafraseando al sabio de Hortaleza-, para hallar algún asunto que:
a) sea de actualidad, b) tenga información suficiente, c) tenga opinión formada, d) me inspire,
para que finalmente decida escribir sobre ello. Y para mayor INRI, cuando uno empieza a animarse llega a la conclusión de que es un tema ya tratado anteriormente y el miedo a reiterar temas no es un freno de menor calado. Un proceso que, como veréis, se ha complicado tanto por esa falta de inspiración o por esa saturación que conlleva rozar la mitad de temporada.
En todo caso esto no es un anuncio de ningún adiós, ni pausa, ni arrepentimiento sino simplemente compartir con vosotros este periodo de crisis que, estoy seguro de ello, será breve y pasajero; hay que retomar la actualidad con ganas y calidad. Como decía Albert Einstein: "cuando baje la inspiración, que me pille trabajando".