La Cultura De La Queja

Por Ritacoach @ritatonecoach

La cultura es un entramado social que abarca formas y expresiones de un grupo de personas.

También podemos encontrar otras definiciones con respecto a la palabra “cultura”, de las cuales, aquella que alude al cultivo del espíritu humano y de las facultades del hombre, es la menos adecuada en el contexto de la queja.

Quejarse es el pasatiempo de los incapaces. Hugo Ojetti

El quejoso es un ser que puede adolecer de diversas incapacidades. Y el problema no es que se queje sino que esa acción le impide ver dónde residen las mismas. Por lo tanto, sigue quejándose mostrando resultados lamentables en vez de actuar sobre su origen lo que le permitiría construir una vida más sana, poderosa y efectiva.

Por otra parte, agota con su queja a su entorno lo que además, lo condena a la soledad del insoportable.

¿Sos parte de la cultura de la queja?Te doy pistas para que puedas reconocerte y tengas la posibilidad de cambiar para dar fin a resultados marcados por la debilidad de espíritu.

Buscás captar la atención de los demás. Lo que conseguirás, al final, es justamente lo contrario, que se aparten de vos para no escucharte más.

Para todos tus compromisos, encontrás una excusa para no accionar.

Sos un “manual” de explicaciones buscando justificarte.

Buscás lástima… (Vas a recoger desprecio).

Estás a salvo del fracaso ya que no intentás nada.

El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie y el realista ajusta las velas.  William George Ward

 

Fijate bien porque es probable que no puedas reconocerte ya que desde la conciencia, son conductas difíciles de admitir.

Por otra parte, es una actividad en la que podés ser un experto.

Quejarse es algo que cualquiera sabe hacer. Henry Ford

 

La recurrencia de tu acción de quejarte te hace entrar en un círculo vicioso que puede destruirte.

Sin razón se queja del mar el que otra vez navega. Séneca

…Pero sigue navegando…

“Quiero más ingresos. Este trabajo no me alcanza para nada.” Y todos los días seguís trabajando allí sin buscar nada mejor pero eso sí… seguís repitiendo lo mismo.

Te ofrecen una oportunidad y te transformás en erudito sabelotodo para enfocarte en lo que puede salir mal en vez, de aprovechar lo que puede salir bien… seguís repitiendo lo mismo.

Sos ignorante, no lo reconocés y no te capacitás pero… hablás y hablás como un experto para que la acción de hablar justifique que no hacés.

Los que se quejan de la forma como rebota la pelota, son aquellos que no la saben golpear. José Ingenieros

Si no vas a hacer nada por tu vida, si no vas a hacer nada por vos… ¡No tenés derecho a quejarte para seguir con tu protagonismo mediocre!

El que elige el destino del gusano no tiene derecho de quejarse cuando lo pisotean. Jorge Juan Ruiz Díaz

 

¿Te parecés a este viajero?

El viajero sediento

Lentamente, el sol se había ido ocultando y la noche había caído por completo. Por la inmensa planicie de la India se deslizaba un tren como una descomunal serpiente quejumbrosa.

Varios hombres compartían un departamento y, como quedaban muchas horas para llegar al destino, decidieron apagar la luz y ponerse a dormir. El tren proseguía su marcha. Transcurrieron los minutos y los viajeros empezaron a conciliar el sueño. Llevaban ya un buen número de horas de viaje y estaban muy cansados. De repente, empezó a escucharse una voz que decía:

-¡Ay, qué sed tengo! ¡Ay, qué sed tengo!

Así una y otra vez, insistente y monótonamente. Era uno de los viajeros que no cesaba de quejarse de su sed, impidiendo dormir al resto de sus compañeros. Ya resultaba tan molesta y repetitiva su queja, que uno de los viajeros se levantó, salió del departamento, fue al lavabo y le trajo un vaso de agua. El hombre sediento bebió con avidez el agua. Todos se echaron de nuevo. Otra vez se apagó la luz. Los viajeros, reconfortados, se dispusieron a dormir. Transcurrieron unos minutos. Y, de repente, la misma voz de antes comenzó a decir:

- ¡Ay, qué sed tenía, pero qué sed tenía!

 

Por el placer de compartir