La leyenda más difundida de San Jorge es sin duda la del dragón, en la cuál se nos presenta a nuestro santo como un soldado o caballero que lucha contra un ser monstruoso que vivía en un lago y que tenía atemorizada a toda una población. Dicho animal exigía dos corderos diarios para alimentarse a fin de no aproximarse a la ciudad. Al final ocurrió que los ganaderos se quedaron casi sin ovejas y decidieron que se le entregara cada día una persona viva, que sería escogida bajo un sorteo. Pero sucedió que el azar eligió a la hija del rey. Cuando el monstruo iba a comérsela, el caballero Sant Jordi la salvó, matando al dragón con su lanza. Siglos atrás, en la época medieval, en el Día de Sant Jordi, los nobles organizaban torneos en lo que ahora es el barrio del Born, en el centro de la capital catalana, en el transcurso de los cuales las damas eran obsequiadas con rosas y flores.Actualmente, los barceloneses todavía conservan la costumbre de regalar una rosa a su amada o a amigas, compañeras y familiares durante la tradicional Diada de Sant Jordi. Se celebra cada 23 de abril en toda Cataluña, pero es más multitudinaria y multicolor en Barcelona y, especialmente, en la Rambla.El famoso paseo que conduce hasta el Puerto se llena de paradas de libros y de flores desde primera hora de la mañana. Enseguida, una multitud de personas se reúnen para pasear y cumplir con la tradición: ellos regalan una rosa a ellas y ellas les regalan un libro a cambio. Para los libreros y editores, es el día del año que más libros se venden y, para los lectores, es una ocasión única de estar muy cerca de sus autores preferidos, puesto que los escritores firman sus obras a pie de calle.La Diada de Sant Jordi rezuma sentimiento e historia, ya que entronca con la leyenda del caballero Sant Jordi que mató al dragón para salvar a la princesa. Y es que, este día, romanticismo y cultura forman un sólo sentimiento.
La leyenda más difundida de San Jorge es sin duda la del dragón, en la cuál se nos presenta a nuestro santo como un soldado o caballero que lucha contra un ser monstruoso que vivía en un lago y que tenía atemorizada a toda una población. Dicho animal exigía dos corderos diarios para alimentarse a fin de no aproximarse a la ciudad. Al final ocurrió que los ganaderos se quedaron casi sin ovejas y decidieron que se le entregara cada día una persona viva, que sería escogida bajo un sorteo. Pero sucedió que el azar eligió a la hija del rey. Cuando el monstruo iba a comérsela, el caballero Sant Jordi la salvó, matando al dragón con su lanza. Siglos atrás, en la época medieval, en el Día de Sant Jordi, los nobles organizaban torneos en lo que ahora es el barrio del Born, en el centro de la capital catalana, en el transcurso de los cuales las damas eran obsequiadas con rosas y flores.Actualmente, los barceloneses todavía conservan la costumbre de regalar una rosa a su amada o a amigas, compañeras y familiares durante la tradicional Diada de Sant Jordi. Se celebra cada 23 de abril en toda Cataluña, pero es más multitudinaria y multicolor en Barcelona y, especialmente, en la Rambla.El famoso paseo que conduce hasta el Puerto se llena de paradas de libros y de flores desde primera hora de la mañana. Enseguida, una multitud de personas se reúnen para pasear y cumplir con la tradición: ellos regalan una rosa a ellas y ellas les regalan un libro a cambio. Para los libreros y editores, es el día del año que más libros se venden y, para los lectores, es una ocasión única de estar muy cerca de sus autores preferidos, puesto que los escritores firman sus obras a pie de calle.La Diada de Sant Jordi rezuma sentimiento e historia, ya que entronca con la leyenda del caballero Sant Jordi que mató al dragón para salvar a la princesa. Y es que, este día, romanticismo y cultura forman un sólo sentimiento.