Diagnóstico de la enfermedad celíaca
Desafortunadamente, no hay una sola prueba que pueda dar un pronóstico absolutamente positivo en el diagnóstico de la enfermedad celíaca En cambio, los médicos dependen de una combinación de pruebas de sangre para buscar anticuerpos determinados, así como una biopsia del intestino delgado en busca de las vellosidades atrofiadas que son características de la enfermedad celíaca.
Tradicionalmente, incluso cuando los análisis de sangre arrojan resultados positivos, se realiza una biopsia de intestino delgado durante una endoscopia para confirmar el diagnóstico. Es posible que con la creciente disponibilidad de pruebas genéticas para identificar a los individuos que portan los genes de la enfermedad celíaca, el análisis de ADN podría en algún momento sustituir a la biopsia para la confirmación de los resultados en la prueba de sangre.
Vivir con la enfermedad celíaca
En la actualidad, el único tratamiento para la enfermedad celíaca es la adhesión a una vida con una estricta dieta en la cual sólo se consideren aquellos alimentos libres de gluten, o sea, de trigo, cebada, centeno, y, en algunos casos, sin avena.
Aprender a lidiar con esta dieta es difícil, no sólo debido a que muchos alimentos básicos para una dieta normal deben ser abandonados, sino también porque se esconde el gluten como ingrediente en muchos productos. Los pacientes y sus familias deben aprender las directrices especiales para ir de compras, preparar los alimentos, y tenerlo en cuenta al salir a cenar.
Incluso en pacientes que no tienen síntomas después de comer el gluten, la dieta estricta es importante, ya que incluso la ingesta de cantidades microscópicas de gluten son suficientes para activar en el cuerpo autoinmune, una respuesta que daña al intestino.
La enfermedad celíaca no tratada pone a los pacientes en riesgo de complicaciones graves.