Es muy habitual que, cuando alguien siente la necesidad de acudir a un especialista de la salud mental, no se establezca una diferencia clara entre lo qué es un psiquiatra y lo qué es un psicólogo, llevando a confusiones frecuentes.
¿Qué diferencias existen entre ambas profesiones?
Aunque ambas se relacionan con la salud mental, y su función principal es la de ayudar en los problemas mentales del paciente, no significan lo mismo.
En primer lugar, sus estudios no son iguales. Mientras que un psicólogo no necesita la carrera de Medicina, ya que su propia carrera supone la especialización en el aspecto psicológico, un psiquiatra sí, el cual después ya se concentra en la rama psiquiátrica.
En cuanto a sus funciones, el objetivo de un psicólogo es el de tratar las dificultades de origen psicológico analizando su causa, así, un psicólogo puede dialogar, preparar o entrenar a su paciente por medio de distintas técnicas y procedimientos que contribuyan a la mejora del afectado. En cambio, el psiquiatra se centra en la evaluación del aspecto fisiológico y químico del problema psicológico.
A grandes rasgos, y para que quede más claro, se podría decir que el psicólogo rebusca en las características psicológicas y mentales del paciente mientras que el psiquiatra enfoca su labor hacia el ámbito médico-farmacológico.
Por otro lado, estas diferencias no significan que ambos profesionales no puedan complementarse entre sí y que se coordinen para aprovechar las sinergias por parte de ambos, ya que alguna cosa favorable que pueda encontrar el psiquiatra, tal vez no la disponga el psicólogo, y viceversa.
También conviene recordar que, tanto en una especialidad como en otra, existen subespecialidades que dirigen sus esfuerzos hacia colectivos más concretos, como es el caso de profesionales sexólogos o de intervención y diálogo comunitario.
Para concluir, se deduce fácilmente que el objetivo del bienestar mental es un tema muy complejo y que lleva años de estudio para aquellos que se dedican a analizarlo a fondo.