Aunque es un material caro, sus ventajas en la fabricación de objetos son muy numerosas ya que permite hacer cualquier forma o diseño. En contrapartida, se raya con facilidad y hay que pulirlo con frecuencia para que mantenga su brillo original.
Dejando atrás estos usos tradicionales, el cobre ha saltado a la primera línea en tendencias decorativas por su belleza, simple y llanamente.
Combina muy bien con casi todo pero mis favoritos son la madera, el ladrillo visto y la gama de los blancos. Al ser de un color anaranjado-rojizo, resulta más cálido que otros metales en ambientes decorativos de aire industrial, nórdico o campestre.
Podemos dar un toque de cobre a cualquier estancia: cocinas, baños, salones, despachos, terrazas. Para lograr su máximo efecto decorativo basta con poner una única pieza grande (una lámpara, una bañera, un espejo) o varios pequeños (macetas, cajas o farolillos). Os lo ilustro con algunos ejemplos para el baño y para la terraza...
Créditos de las fotos: 1-4. Ellos; 5. Tom Dixon; 6a. Pinterest; 6b. Éléonore Bridge; 7a. Sköna Hem; 7.b Ballards Designs
PRÓXIMA CITA: OTOÑO EN UNA MACETA (7/10/2014)