Investigadores
de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San diego y el
Instituto Scripps de Oceanografía estudiaron los patrones climáticos y las
distribuciones geográficas de los pacientes con Enfermedad de Kawasaki y
determinaron que esta enfermedad inflamatoria tiene múltiples desencadenantes
ambientales influenciados por una combinación de temperatura, precipitación y
patrones de viento. Los científicos examinaron 1.164 casos tratados en el Rady
Children's Hospital durante 15 años. Los grupos notables de casos de la
enfermedad se asociaron con distintos patrones atmosféricos como una presión
atmosférica más alta que el promedio y condiciones más cálidas. El análisis reveló
además que los pacientes con Enfermedad de Kawasaki según su patrón de
expresión génica, estaban asociados con ciertas características clínicas. Los datos
sugieren que existen uno o más desencadenantes ambientales y que las
exposiciones episódicas están influenciadas, al menos en parte, por las
condiciones climáticas regionales. Los factores ambientales que desencadenan la
enfermedad en niños genéticamente susceptibles debe centrarse en los aerosoles
inhalados. Las tasas de prevalencia de la enfermedad están aumentando entre los
niños de Asia. Uno de cada 60 niños y una de cada 75 niñas en Japón desarrollarán
Enfermedad de Kawasaki durante la infancia. En los EE.UU. hay de 19 a 25 casos
por cada 100.000 niños menores de 5 años. Los modelos predictivos estiman que
para 2030, 1 de cada 1.600 adultos estadounidenses se habrá visto afectado por
la enfermedad. Estos resultados se publicaron hoy la revista Scientific Reports.