La paciencia es imprescindible en esta enfermedad; hay que tener paciencia para todo, para someterte a miles de pruebas, para estar preparado para las complicaciones que surjan y para todo lo que pueda venir.
Es sorprendente la paciencia que se puede llegar a tener en esta enfermedad. Yo misma, que soy tan impaciente para otras cosas, en todo lo relacionado a mi salud soy muy paciente. Aunque una cosa es la paciencia y otra los nervios; esos no me los quitarán en la vida.
Dado que es imposible conocer el momento en que va a llegar el trasplante, lo mejor que puede hacer el paciente en diálisis, aparte de esperar y de tener paciencia, es intentar mantener una buena condición física y médica.
Tener esperanza es también muy importante; no hay que decaer y confiar siempre en que llegará nuestro momento. Llevo el tercer trasplante y nunca me he rendido. Cuando falla un riñón trasplantado, es normal que tengas un tiempo de "bajón", pero es necesario remontar y no perder ni la paciencia ni la esperanza.
Una frase de un amigo, Julián Díaz, es ideal para darnos ánimos : "Cuando la vida se te hace cuesta arriba, para, descansa, coge aire y sigue subiendo con determinación y valentía".
Muchos ánimos a todos los que esperais un trasplante.
Ana Hidalgo