Foto: 'almost may'
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Los reyes magos dejaron en Belén un saquito de arena. Fue el único presente posible tras una travesía en el desierto como la que ellos hicieron. Cada grano de arena recogía una noche de historias bajo las estrellas infinitas. El saco contenía la esperanza de los hombres.
Algunos dicen que el saco se perdió, otros que fue custodiado por un ornato de hombres y mujeres virtuosos. Nadie lo sabe a ciencia cierta. Tan solo podemos aventurar que en ocasiones, cuando sopla la brisa o se escucha una música antigua, parece que es posible que ese tesoro esté más cerca de nosotros de lo que creemos.