La esquizofrenia se sabe que es hereditaria, por lo que siempre se ha pensado que los genes podrían clarificar los orígenes de la enfermedad. Pero los genetistas han demostrado la falsedad de un hecho que nadie imaginaba Solo ahora, 16 años después de que el genoma humano fue secuenciado por primera vez, los genetistas han identificado genes relevantes.
Después de más de cinco años los investigadores dirigidos por un grupo en el Instituto Broad en Cambridge, Massachusetts, reunieron más de 100.000 muestras de ADN de todo el mundo. Estaban buscando regiones del género humano que podrían ser portadores de variantes que aumentaran el riesgo de esquizofrenia. Lo que encontraron implicaba más de un centenar de genes y proveía una pista fuerte hacia una porción del genoma asociado con enfermedades infecciosas. Muchos de estos genes no funcionaron independientemente los unos de los otros, y más trabajos de investigación revelaron que la fuente más importante de variación se situaba dentro de particular gen conocido como C4.
En otras palabras, los esquizofrénicos pueden estar produciendo demasiada de una proteína que crea una señal con la que las conexiones sinápticas deberían ser extirpadas. Durante la adolescencia tardía, el cerebro sufre una poda sináptica generalizada, particularmente en la corteza cerebral. Esta es también la edad en la que los síntomas de la esquizofrenia tienden a comenzar.
David Goldstein, director del Instituto de Medicina de la Universidad de Columbia, dice que él está persuadido pr la investigación, pero que considera que es importante para la comunidad médica examinar el estudio detenidamente porque la región del genoma en discusión es difícil de trabajar y está "totalmente saturada de variación genética". Eso lo hace difícil para señalar un único gen y decir "este es", añade.
El recorte sináptico es tan crucial en el desarrollo cerebral que los investigadores se preguntan qué otros trastornos mentales podrían estar ligados a su aberrante activación o regulación. Este estudio es obligado para iniciar una ráfaga de trabajos similares. La enfermedad del Alzheimer, por ejemplo, ha estado ligado, entre otras cosas, a excesiva destrucción sináptica. Y ya se cree que los individuos autistas tienen un excedente de sinápsis en la mente, debido al ralentizamiento en el recorte cerebral normal.