Un grupo internacional de
investigadores se propuso estudiar cómo los diferentes tipos de estimulación
cerebral no invasiva afectan el aprendizaje y la retención de la percepción
visual tanto en individuos sanos como en personas con daño cerebral. Para
probar cómo podría acelerarse el aprendizaje visual perceptivo, los
investigadores presentaron a los participantes nubes de puntos y se les pidió
que determinaran de qué manera se movían los puntos a través de la pantalla de
la computadora y luego se les pidió que realizaran la misma tarea, mientras les
aplicaban diferentes tipos de estimulaciones cerebrales, cada una de las cuales
involucraba una corriente eléctrica no invasiva aplicada sobre la corteza
visual. Los investigadores descubrieron que un tipo particular de estimulación,
llamada estimulación aleatoria de ruido, tenía efectos notables en la
mejora de los umbrales de integración de movimiento de los participantes cuando
realizaban la tarea. Además cuando volvieron a probar a los participantes seis
meses después, los aumentos en el rendimiento seguían ahí: los participantes habían
retenido lo que habían aprendido y todavía podían hacerlo mejor en la tarea de
movimiento en comparación a los grupos que recibieron otras técnicas de estimulación.
Extendieron sus hallazgos a pacientes con enfermedad cerebral u otra lesión
cerebral traumática que afectaba su corteza visual, haciéndolos parcialmente
ciegos. Los investigadores combinaron la terapia de entrenamiento visual aplicado
a partes dañadas y no dañadas del cerebro de los pacientes. Estos participantes
experimentaron una mejora en el procesamiento visual y la función después de
solo 10 días. La investigación ofrece una promesa para superar los obstáculos
clave en la terapia de la vista para los pacientes que han sufrido ECV o una lesión
cerebral traumática. Estos resultados, fueron publicados en el Journal of Neuroscience .