Imaginamos, en este ejercicio, que somos una estrella que necesita más rayos para poder difundir aún más luz. Esta estrella emite los rayos siempre en diagonal, con el brazo derecho y la pierna izquierda y viceversa.
Primero nos tumbamos en el suelo boca abajo y apoyando en él la frente. Mantenemos las manos estiradas más allá de la cabeza.
Tomamos aire, inspiramos profundamente. Al espirar contraemos el ombligo al mismo tiempo que levantamos el brazo derecho y la pierna izquierda hacia arriba. Los levantamos unos centímetros del suelo. Bajamos de nuevo el brazo y la pierna; volvemos a inspirar.
En la próxima espiración repetimos el ejercicio cambiando al brazo izquierdo y la pierna derecha. Los levantamos. De nuevo bajamos el brazo izquierdo y la pierna derecha al inspirar.
Repetimos esta secuencia entera cinco veces.
Con este sencillo ejercicio buscamos reforzar los músculos de la espalda, también de los hombros y de los glúteos.