¿Por qué no intentamos ser una familia normal y, a ser posible, cada día un poco mejor?
¿Existe alguna razón para ocupar todo nuestro tiempo en tratar de convertir al primo insoportable en el príncipe azul o a la cuñada que no se apunta a nada en el hada madrina?
Cuando una familia se reúne y no tiene nada que recordar, simplemente no existe, es un formalismo sin más.
Si cuidamos de los nuestros, cuidaremos de nosotros.